viernes, 7 de febrero de 2014

La Voz de Fernando Hidalgo

*Ponencia de Fernando Hidalgo (diciembre 2011)
en el marco del Seminario de Áurea 5.0.
*El periodista de La Voz de Galicia
analiza el panorama del periodismo deportivo

   Apasionado del periodismo y del deporte, lleva veintiún años en La Voz de Galicia. “Todos soñamos alguna vez con meter un gol en el último minuto” pero vas cumpliendo años y te con-formas con contarlo. Comenzó a relatar sus vivencias a los chicos del seminario de Áurea 5.0.

   Es una profesión sufrida. La Edición de La Voz para España cierra hacia las 22:30; en Ourense y Lugo puede aguantar respectivamente hasta las 23:30 y 00:45. Lo que acarrea que en los par-tidos de las diez de la noche la crónica tiene que estar finiquitada ya con el pitido final.El perio-dista ha de estar en estado de batalla, trabajar con celeridad y capacidad de observación. En un concierto a veces se publica la crítica un día más tarde pero eso en deporte es impensable.


   Cree que la mejor narración de un gol es la de Víctor Hugo Morales en el Mundial 86.  “El Ba-rrilete cósmico dejó en el camino a tanto inglés”. ¿Saben que el afamado locutor es charrúa?

   A diferencia de otros campos de periodismo, en el deportivo la palabra clave es “emoción”. La gente necesita que le refuerces en su euforia y alegría pero también que le consueles en las desgracias. El día del descenso del Dépor contra el Valencia había gente en la redacción de su diario con camisetas blanquiazules. Como dijo un día Arsenio “La derrota humaniza”.

   El lector de prensa deportiva está involucrado; suele ser gente curiosa, con interés en varios deportes.  Hay muchas quejas de aficionados que ven conspiraciones en todo lo que hacemos. Si te mojas los hinchas, muy susceptibles en estos casos, te pondrán una u otra bufanda.

   El periodista ha de estar por encima de las filias y las fobias. “Hay que juzgar por los hechos y por la línea editorial de mi medio y no por mis gustos”. Los futbolistas quieren que hables bien de ellos o no te concederán entrevistas. Existe el “síndrome del ídolo” que consiste es estar tan abducidos por las estrellas del balón que acabas como su abogado defensor. Si un periodista en su twitter personal critica a un jugador puede quedar condicionado.

   El directivo quiere que digas lo que le interesa. Sólo en fútbol, hoy La Voz es vetada por De-portivo, Celta y Orense.“Lendoiro,que quiso ser editor de La Voz, no te da las gracias cuando pide un favor”.El de Corcubión rompe los negocios con facilidad, “tensa la cuerda”. No han perdido ningún juicio contra él; montó Depor Sport para defenderse. “Prácticamente me tildó de asesino por ser vasco. Hay que tener callo”. Además de su enemistad con el presidente ártabro también es “muy crítico con Horacio Gómez, Manuel Calderón y Joan Laporta”.

   Quizá el periodista deportivo está más actualizado que otros. “Generalmente ves fútbol hasta en tu día libre”. Hablan de otras cosas; son polivalentes. En un ramalazo de corporativismo inicia el listado.¡Vicente Leirachá escribe en La Voz con 84 años! Tucho Calvo,ya desvinculado de La Voz, escribió de deportes, cultura, hizo novelas… Álex Centeno es experto en tribunales. César Casal es crítico literario, articulista…Rubén Ventureira escribe también suplementos.

   El deporte acaricia otras disciplinas.También es economía pues sólo el fútbol ya representa el 1´7%del producto interior bruto del país; es sucesos en un partido bronco; toca asuntos legales  por ejemplo en el propio Dépor, que es uno de los clubes más judicializados del mundo.Se convierte en Salsa Rosa cuando corre la tinta para hablar de las novias de Casillas o Piqué. Es usado para lavar la imagen de los políticos. Incluso es tecnología como se aprecia en la Fórmula 1 o incluso en esos programas que evalúan el rendimiento de un cuerpo de un deportista.

   Fomenta la creatividad en la escritura. “Tenemos más licencias. No hay que encasillarse”. Si tienes más aficiones, literatura o música, eso enriquecerá la crónica. Aunque luego los jefes pueden frenar tu libertinaje .Nuestro trabajo es contar historias.   Aunque los feroces críticos creen que “las crónicas deportivas son la cloaca del periodismo porque se tira la ortodoxia”.


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