lunes, 20 de julio de 2020

Últimas tardes en Primera

Crónica del Espanyol 0-0 Celta   Jornada 38 liga 2019/20
Los gallegos permanecen en la élite
El Leganés se queda con la miel en los labios tras empatar contra el Madrid
Será la quinta campaña de los periquitos en la División de Plata en toda su historia




   Una liga atípica.Triste,silenciosa. Con los profesionales flotando en una placenta. Se pudo dar cristiana sepultura al proyecto de Tebas. El Celta se la jugaba contra el colista, ya desahuciado. Las cifras del Espanyol, club histórico con solo cuatro campañas en trincheras, hasta la fecha asustan. 24 puntos,23 derrotas y solo 27 goles celebrados. Con su jugador troncal,Diego López, descansando. Y su rival se medía con el Madrid, campeón, todavía con confeti sobre la cabeza. Pero las dinámicas de ambos y un mundo donde estornudar es penalti nivelaban la balanza. 

   Sonaba el aplauso infinito cuando el línea perdía el banderín al señalar una de las muchas faltas de Bradaric a Embarba. Roca pegó directo el gilicórner y la sacó el tercer meta celeste. Wu Lei marraba ocasiones y caía en fuera de juego.


   Lo más peligroso de los olívicos fue una aceleración de Beltrán,frenada por un empujón fuera del área de castigo, y una cesión prohibida de Pol Lozano. Tras una estrategia de Olaza Murillo,con reserva en el segundo palo, se asustó por la salida de Oier. Mallo sudaba para frenar el arrojo y la cintura de Nico Melamed.

   Marca Bryan en Madrid. El Lega necesita ganar. Embarba engrasó la bici y,desde lejos, pegó de zurda a la red. Vasos comunicantes. Los gallegos,coléricos, acorralaron al trencilla que había tocado el esférico al inicio de la jugada. El vídeo aclara dudas. A perico flaco todos son ácaros.  


   Nadie le dice a Cabrera que sus desplazamientos no deben buscar las vallas publicitarias. Aspas agarró un balón botando, muy goloso para una vaselina. 

   Acabó el tiempo muerto. Informan a Aspas de un nuevo empate pepinero. Los del sur de Madrid, con una plantilla justísima y decapitado su ataque en el mercado invernal, se fueron con todo hacia el arco de Areola. En Cornellá los visitantes no sabían si guardar el botín o arriesgar.

   Un carrusel. Iago buscó la base del palo en una pérdida de Víctor. Okay cabeceó ese córner fuera.  El Toro confundió el balón con un ovillo en el área chica y desesperó a Rafinha que deambulaba en el graderío. En los dos móviles de Denis se narraba un thriller con desenlace incierto. Víctor, descolgándose de costa a costa, pegó al larguero en una jugada luego invalidada. El Príncipe de las Bateas, con un desmarque en boomerang, volvió a ajustarla cerca de la madera. Pitó el árbitro. No hubo euforia. Hubo que esperar unos segundos al final de Butarque. Los hermanos Junyent, francotiradores de cuna culé y sangre perica, respiraron aliviados.

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