*Visión de la Exposición "Picasso. El viaje de el Guernica"
que amenizó los Jardines de Méndez Núñez de A Coruña
hasta el pasado 20 de junio de 2018.
Un grito
desesperado. Como la niña del napalm o la angustia de Munch. Un icono
antibelicista. Una alegoría del terror y la violencia extrema. Una protesta
desesperada contra la injusticia.
Su destino era la
Exposición Internacional de París de 1937. Fue, a pesar de haber empezado ya la
Guerra,una petición del gobierno de la II República. Max Aub,desde la embajada
de España en Francia,facilitó el cheque por los costes de la obra. Picasso insistió
entonces en entregarlo al pueblo español. También Julio González y Joan Miró
aportaron su granito de creatividad.
En la muestra,
abierta del 25 de mayo al 25 de noviembre del 37, ya se palpaba la tensión
prebélica que se respiraba en Europa. Alemania y la Unión Soviética ya
mostraban colmillo.
La población vasca
fue bombardeada por la Legión Cóndor el 26 de abril del 37. Un experimento
militar que se saldó con más de cien víctimas. La información llegó a Picasso a
través de los diarios
L´Humanité y Ce Soir. Ya había guión e inspiración
para un artista comprometido.
Preparó 45 bocetos
en técnicas variadas: lápiz,carbón, gouache
y óleo. Tardó 5 semanas en terminarlo en su estudio de la calle Grands
Augustins. Dora Maar fue fotografiando las fases de realización y las visitas
de amigos como André Breton.
Añade elementos de
su propia mitología como el minotauro y los caballos sacrificados en las
corridas. El propio equino, en palabras del malagueño, aludía al franquismo.
En la primavera del
38 el Guernica inicia su primer
viaje;llegó a Escandinavia gracias a una exposición itinerante sobre Picasso,
Matisse, Braque y Laurens. En septiembre del 38 llegó a varias ciudades
inglesas por la iniciativa del Comité de Ayuda al Pueblo Español.Clement
Attlee, líder de los laboristas, la presentó en la WhiteChapel de Londres; se
pretendía, con la máxima solemnidad, que los británicos echasen una mano al
bando republicano. En el 39 la gira alcanza Nueva York, Los Ángeles, San
Francisco y Chicago. La Guerra Civil ya había terminado. En Harvard en 1941 lo
definen como un altar moderno desacralizado.
Picasso se afiliara
al PC francés en el 44. Desde entonces Edgar Hoover, director de la CIA,
investigó sus movimientos para ver si era conveniente o no concederle un visado
de entrada.
Alfred Barr,
director del MoMa, aprovechó el contexto bélico en Europa para que el cuadro
descansase allí. El artista aceptó, siempre que regresase cuando España
recuperase la libertad. En el 47 se organizó un simposio en el propio MoMA para
debatir sobre el simbolismo del cuadro. Entre las influencias citaron las
pinturas rupestres y románicas, Goya y Manet. Y se debatía sobre el uso del
blanco y negro y la fuerza expresiva de los miembros mutilados.
Pero la obra seguía
marchando de vacaciones. En 1953 está en Milán e inmediatamente en la Bienal de
Sao Paulo. En 1955 hace escala en París antes de recalar en Múnich, Colonia y
Hamburgo. Hubo más paradas en Bruselas, Ámsterdam y Estocolmo.
En los 70 los
activistas contra la Guerra del Vietnam se manifiestan ante al cuadro.El
artista Tony Shafrazi atentó en 1974 contra el Guernica escribiendo con spray rojo“matad todas las mentiras” sobre
su superficie. En el 80 el MoMa monta una retrospectiva para despedirlo.
España,al morir
Franco,inició las gestiones para repatriar el cuadro.Adolfo Suárez fue apoyado
por la oposición. Se consigue el objetivo, cruzó el Atlántico enrollado, en
septiembre del 81. El regreso del“último exiliado”significó para la luz pública
la reconciliación entre los dos bandos.
La primera sede fue
el Casón del Buen Retiro, que en 1814 quedara en ruinas tras la invasión
francesa. La vigilancia era extrema y estaba protegido por una urna de cristal
blindado. En el verano del 92, tan mediático en nuestro país, se trasladó a su
hogar definitivo, el Reina Sofía.
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