jueves, 8 de febrero de 2018

Vivir más



*Conferencia del paleontólogo Juan Luis Arsuaga
Conmemoración por los 10 años de los Lunes del Ateneo
Auditorio ABANCA,  5-II-2018


   La esperanza de vida es el promedio de edad de muerte. Podía ser a los 30 años durante la Prehistoria. Pero no eran viejos. Vivían al aire libre, llevaban una dieta sana y eran deportistas profesionales. No la confundamos con la longevidad, que es la duración potencial de la vida. Cuanto vivirían si no sufren enfermedades, accidentes, asesinatos o muerte por inanición.

   Casi la mitad de los humanos de las poblaciones preindustriales no llegaban a cumplir los 5 años. Había gran mortalidad infantil. La media era vivir en torno a siete décadas.

   En Altamira, Paleolítico Superior, eran altos y atletas.Tenían creatividad, imaginación y eran soñadores. Su literatura era prodigiosa. Eran coquetos; se vestían, decoraban y ponían plumas.
   Ahora hay obsesión por no morirse. Queremos ser dioses e inmortales. Las tortugas a las que visitó Darwin en las Galápagos tras su viaje en el Beagle tienen una longevidad muy alta.

   Cada especie biológica tiene sus ritmos de vida. En cuanto a los mamíferos,los animales grandes viven más tiempo que los pequeños. Necesitan más tiempo de desarrollo. Pero hay excepciones como los humanos o la rata topo desnuda. Se trata de un animal sudafricano no muy inteligente pero que vive unos 20 años.“No sé por qué sino me hubieran dado el Nobel”.Nosotros no pesamos tanto, menos que un caballo por ejemplo. Influye también el tamaño del cerebro.
   Los australopitecos se parecen a los chimpancés. Estos animales viven cuarenta y pico años. Por la edad de sus dientes creemos que Lucy, un esqueleto célebre,murió después de dar a luz.
   El niño de Taung, primer australopiteco que se encontró, tiene los dientes de leche y la primera muela definitiva; ésta a los humanos nos sale a los seis años y al pequeño le vino a los 3 como a los primates. Apareció en un yacimiento generado por un águila, que pudo ser la causante de su fallecimiento; había también crías de antílopes con las marcas de las garras.
   Las hembras de chimpacé viven un poco más que los varones. Las cautivas pueden llegar a los 55 años. Mueren cuando se les acaba la edad fértil.  La menopausia no existe en el resto de las especies.

   En el yacimiento de la Gran Dolina, que tiene 900.000años, los humanos se comían unos a otros.No había esa antropofagia en la Sima de los Huesos sino mera acumulación de cadáveres.

   De la Cultura Auriñaciense, con 40.000 años de antigüedad, es una figura híbrida de persona y león en marfil de apenas 30 centímetros. Como una regla. Apareció en la cueva alemana de Hohlenstein-Stadel.Fue venerada pues está sobado por el uso. En la cueva magdaleniense de Praileaitz, en Guipúzcoa, aparecieron unos collares que demuestran su coquetería sin vanidad.
   Los Hadza, humanos que viven junto a un lago de Tanzania, son los últimos cazadores recolectores que existen. Viven igual que en Altamira. Muchos pasan de los 40 años y hay algunos que llegan a los 70. 
A esa misma edad pueden llegar los Aché del Paraguay o los que residían en Worthy Park, necrópolis británica de la época del Rey Arturo y nuestros visigodos.
   Rachel Caspari estudió la edad a la que llegaban los abuelos. Había pocos australopitecos, más neandertales y la cifra aumentó drásticamente con los sapiens.   Cuando no había libros el conocimiento lo tenían los mayores: peligros, cambios estacionales… Un capital esencial de sabiduría para que nuestra especie llegase hasta hoy. En los elefantes, todos siguen el itinerario de la abuela, y cetáceos ocurre los mismo.

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