Crónica del Brasil 3-0 Argentina (10-11-2016)
Goles de Coutinho, Neymar y Paulinho
Los de Messi se complican mucho el pase al Mundial de Rusia
*Imágenes cortesía de diario La Prensa, El Confidencial y Goal.com
*Imágenes cortesía de diario La Prensa, El Confidencial y Goal.com
Olía a drama.
¿Quién olvida el último día que la canarinha pisó Belo Horizonte? Un paredón
ante el ejército de Löw. Hoy el campo era de minas. Rezamos por el capitán
carioca del 70. El lateral derecho también vistió el cuatro. Ambas escuadras
con precauciones.Orden y progreso.
Los tres cromos de pundonor
estaban repes. Y Mascherano, el más decisivo hace dos años, realizó hasta tres
desplazamientos estériles. La orquesta pedía a gritos un enganche. Un violín. Banega
no desabrochó la sudadera. Estiletes de marca pero desabastecidos y sin sed. El Pipita, plomizo, no chutó al arco.Y El
Kun,apenas un cambio de ritmo, ya aparece solo de revulsivo.
Pudo haber golpe de
timón si Fernadinho abandona el barco al minuto dieciséis. Dejara un ancla a
Messi y luego impidió una contra de forma punible. La Pulga tenía un imán
magnetizado a la medular. Apenas amedrentó los segundos previos a ejecutar los
tiros libres. Sin socios.
Solo disparó de lejos la albiceleste. Miranda
y Marquinhos,que han ganado la carrera a Thiago Silva, inmaculados. Coutinho
apareció una vez. Aceleración y golpeo al ángulo más distante. Ney, en su
segundo aviso, mató con el remate raso que le caracteriza. La asistencia de
Gabriel Jesús fue irrechazable.En el 45 duele más.Dos vagonetas de oro en Minas
Gerais antes del reposo. Globos amarillos demasiado inflados quizá.El tanteo se
quedó escaso tras el cambio de campo.
Ney se encontró una
autopista sin peaje. Motivadísimo. Funes Mori fue a su caza y debió irse a
reflexionar a la ducha.El jefecito bufaba. Le tocaba ser el primero en la
presión.Su sangre hervía al avistar tan distante a la gélida Rusia.Ya no le
hacían gracia los trucos de Júnior. Olvidando ya el viaje-obsequio entre las
nubes. Argentina, como los aviones de
papel, miraba al suelo.
Centró Marcelo y el
balón traspasó a un pusilánime Emmanuel Mas. Renato lo devuelve a zona de fuego
y Paulinho activó el botón rojo de emergencia. Tite corrió, a su ritmo, toda la
banda. Las ojeras de Bauza eran todavía más profundas.
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