Lunes del Ateneo (7-11-2016)
Con los profesores Julio Vázquez y Ricardo Vázquez López
Fotos:Santiago Turismo...
A finales del XV ya
hay descripciones de viajeros. Lo ven como una curiosidad.Llegando al Romanticismo
hay atracción por esa antigualla. Ramón Gil Rey, miembro de la Academia Científica
Literaria de Compostela, intenta
descubrir sus orígenes.
Pasados 30 años el
incensario volátil ya era archiconocido.
En 1881 el archivero José Villaamil y Castro descubrió un valioso
documento que cede inmediatamente a López Ferreiro,quien lo hace público en
1909. Una descripción de objetos y
tesoros de la Catedral datada en 1426.
Hay autores que
piensan que pudo nacer en tiempos de Xelmírez.
Otros lo retrotraen dos siglos hasta le época de Berenguel de Landoira.
Este arzobispo de origen francés mandó
construir en 1322 el busto relicario de Santiago Alfeo. Es de plata repujada
con la cara esmaltada. Y, no antes de
1398, se añadió a posteriori la pedrería
y los camafeos.
Una nota de El Códice Calixtino ya habla de un
“incensario de plata corriendo por poleas, suspendido de cuerdas y lleno de
carbones encendidos y portando incienso”.
El arzobispo de
origen hispalense Lope de Mendoza ejerce en la primera mitad del XV. Con su
capilla funeraria buscó la fama póstuma. En sus días, se puso en marcha según
López Alsina el primer Año Santo Compostelano en 1428 que imitaba al romano. Se
cree que las gestiones se iniciaron cinco años antes cuando el 25 de julio coincidió
en domingo. El cimborrio gótico estaba en obras lo que favorecería la
experimentación con el botafumeiro.
Su uso era para solemnizar las procesiones dentro de la Catedral en las mayores
festividades. Nada que ver con la purificación del ambiente, idea fantasiosa
que propusiera Neira de Mosquera que muchos adoptaron.
No hay precedentes
documentados en ninguna parte del mundo. Jamás. Hubo el deseo y luego la
experimentación. Es único por su tamaño, 160 centímetros y unos 60 kilos cuando
está vacío, y por lo complejo de su mecanismo.
Fue imitado en catedrales como la de Zamora, Tui, 19 metros de altura, y
Ourense, 18. Pero en los demás
emplazamientos desapareció. Se tira con cuerdas de unos 4´5 cm de diámetro y
más 20 metros de longitud. La angulación máxima es de 83 u 85 grados. El tirón
acompasado es de entre 80 cm y 1 metro. Estos datos científicos los aporta el
humilde físico Ricardo Vázquez. Xosé Ramón Posa Estévez se enorgullece de haber
sido tiraboleiro reserva en alguna
ocasión.
Hay constancia de
dos accidentes, además de otros menores,en los que el incensario rozó las bóvedas
dejando caer carbón.Esto se explica porque con total seguridad al principio se
trataría de un gran caldero abierto tipo marmita. Las posteriores innovaciones fueron
solo estéticas.
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