*El Centro Comercial As Cancelas conmemora los 70 años del
desenlace de la II Guerra Mundial.
A Patton le hubiera
gustado combatir en el Pacífico. Entre los méritos de este prestigioso general
californiano, con treinta y seis años de carrera, está mandar carros blindados
al norte de África y para la invasión de Sicilia. Después fue gobernador
militar de Baviera. Pero por poco tiempo, ya que en diciembre del 45 sufrió un
accidente de coche que acabaría con su existencia. Lo enterraron con honores
de guerra en el cementerio estadounidense de Hamm, en Luxemburgo. Junto con el ruso Gueorgui Zhúkov, fue uno de
los combatientes más temidos por los germanos. Por su ferocidad se ganó el
apodo de “General Sangre y Agallas” pero también sufrió insubordinaciones, transgresiones
y períodos de bajones anímicos. El
hombre que conducía un Cadillac
Fleelwood tuvo su película tributo en 1970. Fue merecedora de siete Oscar.
El África Korps acudió al norte del
continente negro en 1941 pues las tropas italianas estaban perdiendo contra las
inglesas.Sus líderes eran Hans Jürgen von Arnim y el mariscal Rommel. Emplearon allí sidecars como el Zundapp o el BMW R75.Pero seguían estando en inferioridad con los británicos y
acaban derrotados en la Segunda Batalla de El Alamein el 3 de noviembre del 42.Después
se le encomendó a Erwin Rommel el mando de las unidades germanas en Francia
ante la previsible invasión aliada, que acabó materializándose en Normandía. En el desembarco, rememorado en películas
como El día más largo, participaron
tres millones de hombres, once mil aviones y cuatro mil barcos para vencer a
las Potencias del Eje. El mariscal llegó a la conclusión de que el Führer acabaría
destruyendo a Alemania.Su estricto sentido del deber le llevó a participar en
una conspiración contra el tirano.Un año antes de finalizar la contienda
recibe la orden de suicidarse. El Zorro del Desierto también contó con su
largometraje en 1951.
Otra confabulación
para asesinar a Hitler fue la liderada por el coronel Stauffenberg. Comandó a
un grupo de oficiales de la Wehrmacht,ejército alemán, que colocó una bomba en
la “Guarida del Lobo”, su cuartel general, en mayo del 44. Apenas sufrió heridas
leves; si muriera entonces y Alemania hubiese capitulado se calcula que los
perecidos hubieran sido diez millones menos.
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