jueves, 20 de marzo de 2014

El fútbol no tiene corazón

Crónica del Barcelona 2-2 Chelsea
El equipo de Pep queda apeado de las semis de Champions 2012

Cahill no quería perder tiempo. No se repuso de un mal gesto y dejó paso a Bosingwa. El partido comenzó accidentado. En un balón largo Valdés brincó valiente para evitar que Drogba sacase petróleo; se llevó por delante a Piqué que quedó conmocionado. Sus miembros parecían inertes. Visiblemente mareado tuvo que ser substituido.

En el crepúsculo del primer acto trascurrió una vida. Cuenca, ahora por la izquierda, dio un pase dadivoso que encontró a Busquets sólo en el segundo palo. Buscando por las ramas el fruto caía de maduro. Alexis se retorcía en el prado; Terry le asestara un rodillazo por la espalda. Cobardes demonios del capitán. El línea dio el chivatazo y a la ducha. De un plumazo sin centrales. Todo de cara para el Barça. Motta quedara fuera de combate la noche de los aspersores.En plena ola de euforia Leo altera el ritmo y aguanta el pase a Andrés hasta el último instante.El manchego humilde da un clínic de golpeo de interior. Los londinenses suplicaban la pausa.El público enchufadísimo.Pero esto es fútbol. Lampard filtró un pase exquisito a Ramires quien, enrabietado por perderse el viaje a Munich, demostró que tiene samba en su cuerpo menudo. Una vaselina de superclase.

   Drogba, incrustado en el lateral izquierdo, trabó a Fábregas. Clásico penalty de ariete. Messi, desmoralizado, se topó con la viga. Recibió mimo. El desprecio por la posesión del Chelsea era superlativo. Despejar para respirar. Lampard ajustó sin disimulo cuentas pendientes con Cesc. Mérito tiene que el islote marfileño se sacase de la chistera un córner que casi cabecea Ivanovic a gol. El embate culé era de balonmano, anclando sólo a Mascherano de hombre libre. Todo muy previsible. Puyol y Keita esperaban centros que no llegaban. La jugada mejor trenzada fue una apertura a Alves que raseó atrás hacia Alexis. El gol fue estéril, como antaño el de Bojan, porque el carioca estaba en fuera de juego por milímetros. Pipas o uñas. A Pep le sobraba la chaqueta. Torres tuvo diez minutos a campo abierto. El corcel de Fuenlabrada cruzó medio tapete, Raúl en la octava, y Víctor no supuso un obstáculo. El deporte más cruel. Llanto de impotencia. La pelota no debió rodar más. El verdugo consoló a quienes le volverán a hacer campeón de Europa.

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