lunes, 29 de febrero de 2016

La claraboya

Mi sinopsis de la película La Habitación
Brie Larson ganó el Óscar 2016 a mejor actriz principal


   Jack es un niño con pelo de niña. Pero en su quinto cumpleaños no hay globos ni velas. Ni vienen los compañeros de clase con regalos.  Su mundo es una barraca. Un tragaluz conecta con el mundo exterior. Demasiado alto como para escapar por allí. El país de las maravillas parece estar más allá del espejo. Es difícil entender que lo que sale en la tele puede ser realidad o ficción. La imaginación del pequeño hace posible la supervivencia. Saluda a silla uno, silla dos, el lavabo… Juega con los flecos de la alfombra o con una serpiente hecha con cáscaras de huevo. La mamá se desvive por pintar de color la tragedia. Incluso fomenta el ejercicio físico de Jack en el exiguo cuchitril.  La complicidad entre los dos es absoluta. 

   Anochece. Control exhaustivo. Cuando suena la alarma del reloj el pequeño ha de acostarse dentro del armario.  La puerta se abre cuando “el viejo Nick” introduce la combinación secreta. Solo viene a por su ración de cama. Es un maltratador. Un ogro. Es el que les suministra los alimentos. Racionalización absoluta.  Ya lleva seis meses en paro. Su ira está latente. En sus ataques de cólera los castiga cortándoles la luz. Mamá está aterrorizada;debe aceptar el chantaje. 

   Piensan una estratagema para huir. Fingen que el niño enfermó. Como no funciona escenifican que ha muerto. La ansiedad de mamá es hiperbólica. ¿Qué le deparará a su pequeño? La evasión concluye con éxito. Mamá es rescatada gracias a las pistas que Jack aporta a la policía.

   El sol ilumina su piel. Gafas  y protección solar. También un apósito que cubra boca y nariz para evitar los gérmenes del aire.  Ha de aprender a bajar escaleras.  La timidez es más fuerte que la agorafobia. Las dos únicas veces que se separan inventan un amuleto para seguir unidos; una muela de ella y la coleta del menudo Sansón. Hay muchas cosas divertidas afuera. Helados, pistas de patinaje, sacar a pasear al perro por el jardín, el mar, la nieve…Y por fin conocerá a un amigo para jugar entre iguales.

   Pero quizá el daño psicológico de mamá sea más difícil de sanar.El mundo ha seguido girando los siete años que mamá ha permanecido recluida. No tolera nada bien la separación de sus padres. Ha de sufrir el acoso de los tiburones de la prensa sensacionalista que ofrecen muchos ceros por una exclusiva.El morbo.La presión es insufrible.“Tenía prisa por irse al cielo de un salto”.


 

miércoles, 24 de febrero de 2016

De vocación, filósofo

Conferencia de Marcelino Agís Villaverde
en la IV Semana Cultural de San Rosendo

Publicado en El Faro de Vigo el 25-2-2016


   Estudió en el Instituto Sánchez Cantón de Pontevedra. Cuando llegó la selectividad muchos de sus compañeros tenían en mente hacer la carrera de Derecho. Él se inclinaba por filosofía. Pero ¿Eso es práctico? ¿Es útil? En casa hubo un drama. “Esos se quedan todos locos. A ver si vas a acabar como Don Quijote” suplicó su madre. Le citó a Agustín y a Santo Tomás. “Argumento perverso y agudo que tuve con dieciocho años”. Cuando llegó a la facultad se quedó boquiabierto al ver como unos alumnos colocaban una pancarta en un automóvil destartalado que rezaba: “Carlos Valiñas estás más acabado que este coche.” Agís admiraría a ese profesor perfeccionista más que a ninguno; acabaría dirigiendo su tesis doctoral.  El pensador gallego que elige, aquí la crítica es bastante unánime, es Ángel Amor Ruibal que investigó sobre los problemas del dogma. Y el autor más complicado de estudiar, Hegel. La memoria la hizo sobre el rumano Mircea Eliade pero como uno de sus obras estaba traducida al catalán tuvo que ponerse manos a la obra con esta lengua romance. Ya como maestro propuso crear una asignatura sobre filosofías orientales en el grado y, por original, lo escogieron como docente. Así tuvo que ponerse un poquito con el japonés.
 

   Marcelino Agís aceptó la invitación del Seminario Menor para romper el hielo en la IV Semana Cultural de San Rosendo. Filosofía porque sí. Porque exige una lectura pausada y reflexiva.

   Los presocráticos quisieron separar la filosofía del mito, relato que es muchas veces sagrado. En el siglo VI a. C. Tales de Mileto cuando explica como surge la vida apunta al agua. “Ningún ser vivo puede vivir sin ella”. Hoy sabemos que los primeros seres unicelulares proceden del agua. En ella están presentes los tres estados de la naturaleza: Líquido, sólido y gaseoso. Hay una leyenda sobre el propio Tales. Una vez alquiló unos molinos de aceituna pese a que en los últimos años el rendimiento había sido bajo por las condiciones climatológicas adversas. Triunfó. Su objetivo no era enriquecerse sino demostrar la utilidad de la filosofía.


   En el Medievo se quiere conciliar razón y fe. En relación al cristianismo pero también a las otras grandes religiones, judaísmo e islam. La teología profundiza en el camino de la salvación.

 
  La razón vuelve a explicar la sociedad civil en el Renacimiento. Pese a todo, Montesquieu cree que “el hombre ateo y el creyente hablan de lo mismo, de Dios.” Todo llega a su cúspide en el siglo XVIII con la Ilustración. El término viene en todas las lenguas de la metáfora de sacar lustre, del triunfo de la luz. Kant, en su ensayo ¿Qué es la Ilustración? escribe que “el hombre tiene la voluntad de pensar por sí mismo”.

 
   A veces se critica a la filosofía por ser demasiado teórica. “No hay nada más revolucionario que una buena teoría”.Karl Marx en sus once Tesis sobre Feurbach dijo “hasta ahora la filosofía se ha dedicado a explicar el mundo, es el momento de transformarlo".

 
   En el pensamiento contemporáneo hay escuelas racionalistas e irracionales. Ortega y Gasset afirmó “Europa se ha quedado sin moral”. Eran los años treinta. Los tiempos de ahora no son más fáciles que aquellos. El futuro pende de la educación y la integridad moral.  Y la escuela postmoderna, que nace a finales del XX, debate cual es el tipo de razón para nuestros días. La filosofía, aunque sólo se destine a una maravillosa minoría, no morirá. Aunque no pase por sus mejores días, como el latín o el griego, resistirá porque forma parte esencial de lo que somos. 

martes, 23 de febrero de 2016

Ojos y dientes

 
 
 
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“No perdamos la perspectiva, yo ya estoy harta de decirlo, es lo único importante. Doña Rosa va y viene por entre las mesas del Café…”Tomó una caja de gaseosas por la ventana del almacén, amén de su pedido de membrillo. No dejó ni un real al mozo.

A las agujas del reloj les había dado por acariciarse con mimo en las alturas. Los dimes y diretes habían llevado hasta allí a un matón sin escrúpulos. Camiseta blanca de sisas, sudor en la calva. Los ojos encarnados. Preguntó por un fulano; Perico, uno de los habituales se apresuró a informarle. “En nada lo tiene aquí para leer el diario y tomar su café con gotas. Es un buen amigo. Aunque he de confesarle que no es mi mejor pareja de tute”. Y se acercó para seguir la conversación pero el pendenciero lo despachó con brusquedad para no perder contacto visual con la puerta de entrada.
Había bebido varias cervezas y estaba fuera de sí. Con la mano izquierda empuñaba algo que se escondía bajo sus vaqueros. Unas olivas como refacción. Sus huesos eran escupidos con indiferencia sobre el serrín del suelo.

Don Anselmo no se percató de que una mosca infeliz aterrizó en el interior viscoso de su taza de chocolate. El último vuelo. El tugurio se iluminó parcialmente. Un gato pardo, que no se había movido de entre las piernas del anciano, dejó erguir su cola. Un hombre desenvainó su cabeza de la capucha del abrigo. Era él. Rosa, con los codos bien hincados en el mostrador, no piensa pestañear. Se oyó el paso del afilador por las calles mugrientas.

jueves, 18 de febrero de 2016

Trainspotting


   La vi de niño en pantalla grande y no entendí de la misa la mitad. Y si fuese adolescente me ocurriría igual. Por inocente, sanote y tardío. Ahora me sigo tapando los ojos cuando veo una jeringuilla compartida penetrando en una vena “apestosa y purulenta”.

   La cinta de Danny Boyle es leyenda. Por estética, diálogos, ritmo y música. Sus canciones jamás caducan. Las cintas de casette sí.  Los hábitos de una generación perdida. Los que escogieron el camino errado.
   Jóvenes que no miran al futuro. Entre sus prioridades no están la familia y el trabajo estable. No cogen las riendas de su vida. Yonquis que matarían por un chute de heroína. Coquetean con la delincuencia. Roban recetas o las falsifican. Son carteristas si es necesario. Venden pasaportes británicos a foráneos. Hasta acabar zapateados con los labios morados y pálidos como una geisha. Y suplicando a La madre Superiora para que les vuelva a suministrar la última. El mono es infinito. “Nos hubiéramos metido Vitamina C si fuese ilegal”. Hasta por la metadona que le suministran.   

   La acción transcurre en Edimburgo. “Es una mierda ser escocés. La basura más servil y miserable. Estamos colonizados por los ingleses. Unos soplapollas!”. Al menos comparten el mismo desayuno que su metrópolis. Salchichas, bacon y habas con tomate.




   Siempre quedará el fútbol. El opio del pueblo.  “Me siento tan bien como cuando Archibald marcó a Holanda en el 78”.Pero ni el golazo del zurdo regordito hizo que su selección se llevara una alegría en el Mundial de Argentina. Como siempre, fuera en primera fase.



   Puedes culpar a las amistades de sumergirte en mundos de pecado y perdición. O alejarte de ellos. Sick Boy es un tipo culto. Un filósofo con oratoria. Begbie es violento y manipulador. En seguida se busca un lío. Es su diversión. “Es un psicópata pero es un amiguete”.Tommy parece un buen tipo. Sus principales defectos eran “decir siempre la verdad y no tomar drogas”. Pero su mundo se desmorona cuando su pareja lo abandona. Spud es tonto.Es vago.“Si me esfuerzo demasiado podrían darme el puto curro”. Pero es fiel como un cachorro.Diane puede ser quien le arrastre a la superficie. Pero todavía es una colegiala con uniforme.
 

   La película que mejor ha reflejado la paranoia.  Introducirse en un retrete mugriento para  bucear por mares cristalinos. Ese bebé horroroso gateando por el techo y girando su cabeza ciento ochenta grados. Un cuerpo yacente que se embalsama en una alfombra. Mítico.

   Serán sus padres quienes, abatidos, de verdad combatan el problema de raíz. Arresto domiciliario. A convivir con tu orina, tus heces y tus vómitos. A pelearte con tu fuerza de voluntad. La rehabilitación es lenta.Incluso cuando te crees limpio puedes caer en la depresión.

   Mark se va a Londres en busca de una oportunidad. “La ciudad del pelotazo donde cualquier idiota podría sacar partido”.  Trabaja en una inmobiliaria. Se adapta bien. Alquila casas victorianas por semanas.  Pero cuando vienen a verlo sus colegas regresan los riesgos y la inestabilidad. “Unos manguis de poca monta con un gran negocio entre las manos”.No pestañees que viene el desenlace.

martes, 16 de febrero de 2016

Henry Moore, lejos del Parque


Breve introducción biográfica

   Lo llaman a filas para la Gran Guerra. Tiene la fortuna de envenenarse con gases en la batalla de Cambrai y puede volver a casa. Consigue una beca para estudiar escultura en Leeds. Allí conoce a Barbara Hepworth, compañera perenne que también tendría una carrera exitosa.  Se hará merecedor de otras becas en Londres e Italia. Ya como profesor, quisiera casarse en exclusiva con el arte pero lo hizo con su alumna Irina Radetsky. Su primera exposición fue un rotundo fracaso. Penetra en grupos vanguardistas, surrealismo y abstracción.  Al estallar la II Guerra se pone a dibujar algo rápido “para mirar más intensamente”. Se fija en casas en ruinas y gente desconocida refugiándose en el metro de Londres. Sus primeros esbozos de bombardeos parecen fuegos artificiales. Y paradójicamente será donde primero obtenga fama.

 Interpretación de las esculturas de Henry Moore (no lo pronuncie con u)                                         expuestas en la Plaza del Obradoiro
 
   Si no me lo explican no me entero. Seis esculturas alteran el panorama habitual del Obradoiro. La amenaza de granizo provoca que nueve personas se den de baja. Tengo guía en exclusiva.
   Filo de cuchillo por su verticalidad, poco habitual en él, transmite ingravidez. Debe observase a medida que se rodea. Sería algo así como un hueso de pájaro con cabeza y pedestal. Está inspirada en la Victoria de Samotracia.  Lo humano pasa a estar a la escala de la naturaleza.


 
  Pieza de bloqueo es como un puño cerrado. Se inspira en cerraduras, piedras de molino, mandíbulas… Irradia desde el centro. Se fija en el volumen, lo lleno y lo vacío, por donde pasa la luz y el aire. El arte no ha de ser literal; “tiene que tener algo escuro que no se vea a primera vista”.






   Óvalo con puntas se fija en las leyes de percepción de la Gestalt. Cada persona interpretará algo distinto de una obra abstracta aunque sea alejado de lo que el autor pensó; si leemos las instrucciones perderemos la primera impresión. El contorno es el que da pistas al cerebro. El interior bien podría ser un torso y testa humanos. La forma puntiaguda no denota agresividad.


   Formas conectadas reclinadas consta de un caparazón exterior que protege a un interior más blando y vulnerable. Como una armadura o una concha marina. Estamos ante un tema universal, las maternidades. Casi todo lo aprendemos a raíz de nuestra relación con nuestra madre.  “La vida está basada en las relaciones humanas y su relación con la naturaleza”.


   Se obsesiona por esculturas acostadas. Hizo más de veinte. Figura reclinada en dos piezas debe ser expuesta en la naturaleza. La textura es rígida. La parte que simboliza las piernas no deja de recordarme a la Playa de las Catedrales. La escala cobra importancia; cuanto más grande es la obra más peso tiene el tiempo, la cuarta dimensión. En escultura se palpa como simultáneo algo que es muy prolongado: Pensar la obra, diseñarla, exponerla, la reacción del pueblo…


   Cuando finaliza Figura reclinada ya era octogenario. Ya consiguiera mucho éxito y se había adinerado. Es una estatua figurativa, es decir no realista. Y aparece en reposo, como el carácter sosegado de este británico. La cabeza parece la parte más insignificante del cuerpo. Se ve influenciado por el arte azteca, en el giro majestuoso de la cabeza y en ese moño en bloque.

domingo, 14 de febrero de 2016

Sidecar

Concurso Cartas de Amor 2013 de la Biblioteca Ánxel Casal


   Entraste en mi vida una noche fría de verano. Ya no saldrás jamás. Una verbena humilde en un pueblo con mar. Una carpa blanca nos protegía del molesto viento del Nordés. Bailabas con tus tres amigas. Brindabas en lo más alto tu copa de licor café. Formabais un coro perfecto, ajeno al resto del mundo. Un culto ditirámbico a la amistad. Recogiste sobre la oreja un mechón de pelo caoba encaracolado.  Pronto volví a levitar. Ahí aprecié tu sugerente lunar esculpido para el deseo sobre la comisura de tus labios.  Algo escorado a la derecha diría yo. Quise soltarte algo ingenioso pero tus atenciones se centraban en mi amigo. Te hacía gracia. A mí no. Todo eran gracejos y miradas cómplices. Pero te acercaste a mí. Con seguridad. Con aplomo.    

   - “¡No sé a qué espera tu colega para sacarme a bailar!”

Me sentí insignificante. Y en lo que podía ser una pausa valorativa saqué fuerza de flaqueza y repliqué: “Tiene pareja. Es un chico muy fiel y centrado”.

   -“Ahhh… ¿De verdad? Una pena porque es muy atractivo” alegó sin poder disimular su decepción.

   “Pero yo fui a clases de baile de salón desde muy chico” dije muy bajito por miedo al rechazo.

   Y allí estaba yo pisándola cada dos o tres giros. Teniendo su boca tan cerca de la mía. Con tanto miedo a acercarme a ella como a que acabara la canción. Sin saber que decir. En la vida había aprendido una coreografía. Mi amigo, perenne solterón, ya hablaba con otra chica. Así, mi pequeña traición no me carcomía la conciencia.

   Conseguí entretenerla con temas triviales. Teníamos mucho en común. La música y el deporte eran nuestra pasión. Me prometí no mentirle nunca más. Era encantadora. Con cierta timidez. Cada palabra que escupía me despertaba más curiosidad. Ella no hacía muchas preguntas. Yo seguí a modo interrogatorio. Acabó, casi por cortesía, contándome anécdotas de sus periplos por el mundo.

   Se hizo tarde. Mi amigo se había esfumado. No me importó mucho. La acompañé a casa aunque su prima no nos dejaba a solas; la gané para mi causa cuando le presté mi chaqueta de lana. El paseo murió en lo alto de la colina. No había punto en el pueblo más lejos de mi morada. Ni menos protegido del vendaval. Oíamos las olas esculpir los acantilados. La rubia sacó las llaves y me invitó a dormir. “Mantas no faltan”. Nada me apetecía más que abrazar toda la noche a la niña de ojos negros. Pero ella, sin aspavientos, no parecía muy entusiasmada con la idea. No presioné. El gato también dormía fuera. Me despedí con dos besos. Su negativa no cambió mis planteamientos. Regresé montaña abajo con la ilusión de saber más de la muchacha que no soñó con mi amor.

viernes, 12 de febrero de 2016

Cómo sobrevivir a una nevera vacía


Ponencia y Show Cooking de Luis Veira durante el Festival Compostela Gastronómica.                    Salón de Actos del Colegio Mayor San Agustín  (22-9-2014)


   Luis Veira promete divertirnos con una “historia canalla e informal”. Antes, promociona su restaurante. El que en noviembre de 2015 ha revalidado su Estrella Michelin. Apunten. Árbore da Veira. Caben veinticinco personas y son doce en plantilla. “Tenemos dos menús degustación”.  Ese pequeño imperio de los sentidos lo ha montado ese niño que estudió en la Escuela de Hostelería de Santiago.   Ese chico que se zampó tantos macarrones con atún y tomate.

   Nos propone cuatro menús originales cuando tenemos “la nevera haciendo eco”. Supusieron un desembolso mínimo, treinta euros. Los platos de Ikea sólo costaron cincuenta céntimos.

   Para preparar la compota cortamos la manzana, espolvoreamos canela y ponemos una puntita de mantequilla. Se puede rallar lima y añadir aceite y pimienta. Se tapa con papel film y se mete tres minutos en el micro, “el gran invento del estudiante”. Luego se pasaría por la batidora.

   Resaca brutal de domingo. “Te levantas a las tres y aún es mañana. A mí me apetecen cosas grasientas como hamburguesas o pizzas.” En el público proponen hacer un pollo al curry. El chef diseñó un menú para combatir ese momento. La tortilla de patatas lleva tres huevos y patatas de bolsa.  Como guarnición navajas aliñadas con sopa de lichis y hojas de menta.

   Tituló a la tercera propuesta “Canguro por un día”. “Mi hermano me dejaba a sus hijos”. Para preparar el cóctel San Francisco mezcló zumos de naranja, melocotón y piña y añadió granadina. “Mejor presentarlo en copa que en el vaso de nocilla”. Curiosamente se las ingenió para preparar este dulce de un modo casero.  Muy fácil. Chocolate derretido más nata y crema de cacahuete. Le encanta ese fruto seco. “Se me ve en el cuerpo”. Y ya sólo tenemos que untar la crema en un pan de leche.

   La última ocurrencia la bautizó como “Final Feliz”. El comensal sería la persona a la que hemos conocido una velada.  La sobremesa constaría de gelatina con frutos rojos y pétalos de rosa natural.  Sabía que con “ese factor sorpresa la noche iba a terminar bien”.