No pruebo el vino en Burdeos, pecado quizá, pero sí los canelés, ricos dulces con forma de flanes invertidos. Entre los arcos del Puente de Pierre, mandado construir por Napoleón, se cuelan las aguas del Garona. Me encuentro con Goya, casi doscientos anos después de marcharse y con Montaigne, con una gola cervantina. Tranvías van, tranvías vienen.Con vistas a la versallesca Plaza de la Bolsa y su fuente de las Tres Gracias me pego unas carreritas sobre el Espejo de Agua más grande del mundo. Un guitarrista ameniza la tarde.
Conecto enseguida con las calles porticadas de La Rochelle. En el puerto se suceden los espectáculos y acrobacias mientras el numeroso público toma posición hasta en las ventanas; una cantante con talento regala una preciosa versión de Creep. Acceso con puertas automáticas a la la Catedral de San Luis; a Bartolomé le están arrancando un pezón con las tenazas. Antony D´Oliveira, de padre togolés, prepara un documental sobre la igualdad. Pide una ayuda para seguir con una ruta que le llevó a conocer cien países desde 2013. En Croacia e Hungría tuvo anécdotas policiales.
En Nantes, ciudad natal de Verne, los peques de la casa querrán conocer una hormiga articulada del tamaño de un elefante. La Isla de las Máquinas. El Passage Pommeraye, galería ornamentada con esculturas y una elegante escalera, impresionó a Agnés Varda. Y a los demás. Un artista ideó una escultura de una palmera vestida con ropas verdes. Tiene que ser bética. En la Plaza de Bouffay la escultura de hombre con el pie supendido en el aire simboliza la gallardía de la ciudad. Además de las crepes aquí son típicas las galettes, casi siempre saladas, aptas para los celíacos. Ana de Bretaña quiso que su corazón permaneciese en Nantes. Desmembraron su cuerpo cuando murió prematuramente a los 36 años pero ese órgano se depositó en un relicario dorado.
No me respetó la lluvia en Vannes, a pies del golfo de Morbihan. En este pueblo se firmó la declaración de unidad perpetua entre Francia y el Ducado de Bretaña en 1532. La lluvia no me respetó. Se conservan 170 casitas de madera de bellos colores. En la Catedral de San Pierre están las reliquias de San Vicente Ferrer.
En Saint Maló,como en Bélgica, comen mejillones con patatas fritas. En la Catedral de Saint Vicent, cuya construcción se demoró del XII al XVIII, está la sepultura Jacques Cartier. Este explorador, fallecido a causa de la peste, partió de esta ciudad corsaria para fundar Quebec.
Los postes de madera de la arena funcionan como escudo para contener sus gigantescas olas en pleamar. Piscina natural con trampolín en la Playa de Bon Secours. Con marea baja se puede ir caminando al islote de Grand Bé donde está la tumba de Chautebriand, pionero del romanticismo francés.
Rennes se abre a la Francia continental. En el polifacético centro de Les Champs Libres hay una exposición sobre el caso Dreyfus, por el que Zola arriesgó su carrera. La caza del tigre de Rubens quizá sea el gancho del Museo de Bellas Artes. Son también notables la copia de la Gioconda por Giovanni Rota, las desgracias de Francesco Casanova y los dos canoístas de Caillebotte.