*Mis impresiones sobre la ciudad de BERLÍN
(Texto conmemorativo 50.000 visitas)
Agradecimientos: Al gaditano Pablo Gutiérrez
No te mires al espejo. Berlín, aún no has curado los granos de la
adolescencia. Parece que el muro cayó anteayer. Sombras.Caos, grúas,
obras, monumentos tapiados. Todo es provisional. Todo se mece en una
hormigonera. Las fotos bonitas no se consiguen retocándolas sino
recortándolas. Bajo el polvo aparecen de
cuando en cuando bombas de la II Guerra.


Nació enfangada sobre un pantano. Como Tenochtitlán. Los omnipresentes tubos, muchas veces en altura, están clasificados por sexos. Tras los andamios y cables del tranvía hay mil tesoros ocultos. Los grafitis, desde Ronaldo Nazário a Lincoln, alegran paredes grises. Padres inculcan a sus hijos la seguridad vial en su devenir por el carril bici. La tasa de desempleo dobla a la del país.
¿Conoces a Ampelmann? Un psicólogo de la zona comunista hizo dos muñequitos varones para los semáforos porque había ciudadanos daltónicos. La figura en el oeste era más neutral. La idea, más simpática que políticamente correcta, se convirtió en símbolo capitalista.
La locomotora me expulsa en la Haupbahnhof, Estación Central
inaugurada en vísperas del Mundial 2006. Berlín Occidental. A tiro de piedra
del Charité. El Hospital
Universitario se funda en 1909 tras una epidemia de peste. Con un memorable
honor. Aquí se descubrió el vacilo de la tuberculosis.
En Breitscheid Platz está la pintoresca iglesia octogonal de la cúpula rota.También
hay ventilación por la zona del rosetón. En su interior hay mosaicos de gran
valía. El káiser Guillermo II mandara construir un templo luterano en memoria
de su abuelo Guillermo I. Una bomba la alcanzó en 1943. Entonces el gobierno
alemán decidió derribarla pero el pueblo se opuso. Hoy es un monumento a la paz
y a la reconciliación. Recientemente sufrió la barbarie a sus pies.
La Puerta del Elefante del Zoo es orientalizante. 14000 animales
de 1400 especies distintas. Cerca hay una estatua de
Humboldt, no es la única en la ciudad, con Christian Peter Wilhelm Beuth, miembro del Consejo
de Estado de Prusia. Parece Rosalía.
El Tiergarten es parque desde 1818.
Realmente era un jardín con animales. A Guillermo I le gustaba la caza y hasta
lo vallaron para que lograse alguna captura. En el medio de ese pulmón de más
de 200 hectáreas florece la Siegesaäule, columna triunfal que originariamente
estaba junto al Reichstag. Conmemora la victoria en la guerra prusiano-danesa
de 1864. Y el ángel de la victoria que lo corona alude a las otras hazañas
bélicas de entonces contra Austria y Francia. Cerca del paseo fluvial aparece
La Casa de la Cultura, con su forma de silla de montar. La gran mariposa de Henry Moore aletea a remojo.
El Reichstag
es el símbolo de unidad nacional. Su incendio en 1933 propició la caza de
brujas de los nazis. Aquí se ondeó la bandera soviética al fin de la II Guerra.
Hoy el Régimen ha clavado un buen puñado de ellas. La tela negro, rojo y gualda
representa la libertad y unidad. Hubo de rehabilitarse al gusto neoclásico. La
cúpula elíptica, con un diámetro de diez metros, es sello de Norman Foster. El
vidrio representa la transparencia del sistema democrático. En el edificio se colecta el agua de la lluvia o nieve. Abajo en el centro del
edificio el salón de plenos se reúne entre
20 y 22 semanas al año.
Una ciudad que no
mira al río. El único puente impresionante es el Oberbaum,pero manda muy lejos
del centro. La urbe se articula en la cruz “Under den Linden” y Friedrich Strabe. En el primer bulevar, repoblado con tilos después
de la II Guerra, cabalga Federico II el Grande; los turistas se hacen fotos con el ET
del Madame Tussauds ¡Incluso puedes
subir a la bici de Elliot!
Friedrich, en honor a Federico I, era la calle del vicio en los
años 20. Estaba llena de prostitutas y cabarets. Muchos alemanes, que cobraban
dos veces al día, dejaban allí su salario.
En 1791, inspirándose en los propileos del
Partenón,se terminó La Puerta de
Brandemburgo. Poco después Napoléon quiso llevársela a Francia; se apoderó
de la Diosa de la Paz y cuando los alemanes la recuperan la denominarán Diosa
de la Victoria. Hoy es símbolo nacional.
Casi icono capitalista.Pompas de jabón para los niños.Un tipo con la
camiseta roja de Cocacola estaciona su bicicleta;comienza a vender el surtido
de bretzel que lleva en su cesto. Goodbye Lenin.
El Hotel
Adlon se llama así porque allí hubo una fuente de mármol negro decorada con
elefantes.Una habitación puede alcanzar los 11500€ la noche. Allí descansaron
Chaplin y Greta Garbo.Y el bochornoso pasaje de Michael Jackson asomando a una
de sus criaturas por la ventana.
El Memorial de las víctimas judías por parte de los nazis
recuerda el genocidio. El suelo es oscilante. Los niños juegan al escondite. Lo
terminó Peter Eisenman en 2005. Las 2700 estelas de hormigón parecen tumbas.
No hay un grafitti. No porque la gente sea especialmente respetuosa sino porque
están impregnadas con un líquido con el que se pueden limpiar fácilmente.
Encima del Búnker de Hitler no hay absolutamente nada. Así se impide que se
convierta en un lugar de peregrinación nazi. Cualquier tipo de apología está
prohibido. El Füreh pidió que lo
rociaran con gasolina para que no le ocurriera lo mismo que a Mussolini, el
escarnio público. El búnker fue tapiado y llenado de agua por los soviéticos
por lo que es inaccesible a día de hoy.
Hay quien dice que sus restos se reconocieron por las piezas dentales y
fueron llevados para Magdeburgo y sus cenizas tiradas al Elba.
Cerca del área futurista de la Postdamer Platz está el Ministerio de
Finanzas de Alemania. Cámaras de seguridad y rejas en las ventanas del primer
piso. No vaya a ser. A diferencia del Estadio Olímpico y el Aeropuerto de
Termpelhof se trata del único edificio nazi en el centro de la ciudad. Alojaba,
en tiempos ominosos, el Ministerio de Aviación. Su misión era la de rearmarse
para la II Guerra. Al frente estaba Goering, que acabaría siendo adicto a la
morfina, alcohol y mujeres.
Ninguno es Charlie. Son un soldado
estadounidense y uno ruso. La Garita del Check
Point Charlie se llama así por ser el tercer paso que controlaba el paso de
zona soviética a la americana. Alude al
alfabeto fonético internacional. Hoy lo
que secciona es el tránsito del centro, Mitte,al barrio alternativo de
Kreuzberg. Los coleccionistas pueden comprar máscaras antiguas.
En Fassbender
& Rauch esculpieron los símbolos de la metrópolis: el Reichstag, un
trozo del Muro y la puerta de Brandemburgo en chocolate.
En la Plaza
de la Ópera hizo el 10 de mayo del 33 Goebbels la mayor quema de libros de
los nazis. Unos 25000 ejemplares.Sobre homosexualidad, sexo… A Freud le pareció
bien. “Si fuese en otra época me hubiesen quemado a mí”. Hacia 1820 dijera
Heinrich Heine “Ahí
donde se queman libros se acaba quemando también seres humanos”. Curioso.
Aunque se refería a la Inquisición.
Hitler venía a la Ópera Estatal a escuchar a Wagner. En esta
Bebelplatz también se hallan la Catedral Católica de Santa Eduvigis, de cúpula turquesa, y el Hotel de Rome, 2500€ la noche.
En el mercadillo de la calle Georgen puedes regatear por joyas, cámaras de fotos antiguas y escoger entre un gran surtido de discos y libros.
Los primeros asentamientos de la ciudad,
apenas 5000 habitantes, se remontan al año 1237. Fue en lo que se conoce como Isla de los Museos, Patrimonio de la
Unesco desde 1999. La punta más al Norte es el Bodemuseum, con una generosa
colección numismática. A su espalda el Perganon
Museum, así llamado por conservar los frisos del altar de Pérgamo. Además
hay antigüedades griegas, romanas y de Oriente Próximo. En paralelo descansan
el Neues Museum y la Alte National Galerie presidido por la estatua ecuestre del rey Federico
Guillermo IV. El empacho artístico continúa con el Altes Museum, ornamentado con los
héroes mitológicos Cástor y Pólux. El
paseo puede terminar en la Catedral cuya cúpula alcanza los 98 metros. En el
interior neobarroco hay mosaicos de los evangelistas. Una escultura de la
muerte avisa de la presencia de los cadáveres de Federico I y su esposa.
Bismarck estuvo en la inauguración de la Nueva Sinagoga. Ésta sufrió achaques la noche de los cristales rotos y con los
bombardeos aliados de 1943. El oro resplandece en la cúpula.
El Mercado de Arkona se orienta más a las
baratijas y objetos de segunda mano. Globos terráqueos o candelabros de siete
brazos. Los buenos lectores pueden
adquirir obras de Zweig, Camus, Brecht o Rilke.
A la ribera del Spree conversamos con Marx y Engels. El primero ponía las
ideas y el otro las monedas.
Y ya estamos ante la Fernsehturm, que nos ha vigilado en nuestro deambular por la ciudad de cemento. A la Torre de la Televisión los lugareños le llaman mondadientes. Cuando le da el sol se forma una especie de cruz. Como el pueblo era ateo a ese efecto lo denominan “la revancha del Papa”. Se terminó en 1969 siguiendo la estética del realismo socialista.Con sus 368 metros compite por ser el edificio más alto de Europa. La esfera es de acero. En sus entrañas un café giratorio. Como en los Simpsons. La explanada de atrás es la Alexander Platz, que en el pasado acogió un mercado de ganado y lana. El zar ruso visitó Berlín a comienzos del XIX.
Y ya estamos ante la Fernsehturm, que nos ha vigilado en nuestro deambular por la ciudad de cemento. A la Torre de la Televisión los lugareños le llaman mondadientes. Cuando le da el sol se forma una especie de cruz. Como el pueblo era ateo a ese efecto lo denominan “la revancha del Papa”. Se terminó en 1969 siguiendo la estética del realismo socialista.Con sus 368 metros compite por ser el edificio más alto de Europa. La esfera es de acero. En sus entrañas un café giratorio. Como en los Simpsons. La explanada de atrás es la Alexander Platz, que en el pasado acogió un mercado de ganado y lana. El zar ruso visitó Berlín a comienzos del XIX.
No hay comentarios:
Publicar un comentario