del Ciclo ¿A dónde vas, peregrino?
(19-8-2016)
Hoy descansa el confortable
auditorio del Hostal. Nosotros no. Paseamos por la almendra de piedra. Ejercitamos
cuerpo y mente.María José Dopico ejerce de guía. En la calle fluye más el
coloquio.Varias mentes privilegiadas expertas en el mundo jacobeo.Dulces para
los curiosos.
Curiosa
es la representación de la virgen en estado de gestación de la Iglesia de Salomé. Es la única del
país,y quizá del mundo,dedicada a la madre del Apóstol y Juan Evangelista.
Aparece también su imagen en la Torre de las Campanas, la de la derecha en la
fachada de la Catedral.
Junto a la facultad
de Historia está la estatua de Alfonso
II el Casto. No es imagen de gran calidad según la opinión del profesor Ermelindo Portela. Es el monarca al que dieron cuenta de la aparición del
cuerpo y que ordena la construcción de la primera iglesia, reducida y de adobe.
Donde hoy vemos la
iglesia de San Fiz de Solovio crecía
a sus anchas el Bosque Libredón donde el ermitaño Paio vio las luminarias
celestiales. Comunicó este milagro al Obispo Teodomiro.
La gran masa de
peregrinos accedería por la Puerta del
Camino,que fue derribada hacia 1835 cuando la ciudad necesitaba ampliarse a
extramuros. Allí habría saltimbanquis,
limosneros…
En Casas Reales los romeros tenían todos
los servicios que precisaban: hospitales, pensiones, tiendas para comprar
ropa… Esta bulliciosa arteria se llamaba
Calle del Camino hasta su remodelación en el XVI. El cambio de nombre quizá se
debió a que allí, donde aún estaba la Real Audiencia,se hospedaron Juana y
Felipe El Hermoso en 1506 que venían de Flandes para tomar posesión del trono
de Castilla. En los números 25-27 había un albergue y una biblioteca.Esto se
explica porque Santa María del Camino recibía copiosas donaciones. Era el agradecimiento
final. Las canónigos también testaban en favor de esta iglesia que
originariamente era del XII.
En Cervantes se desarrolló la actividad
comercial hasta el XIX. También se la denominó Plaza del Campo como lo demuestra el apellido de la iglesia de San Bieito.E incluso Plaza del Pan ya
que había dos hornos donde hoy emana cultura la Librería Couceiro. Por esta
encrucijada de caminos donde estuvo el antiguo ayuntamiento había compradores y
merodeaban mendigos.
Azabachería era un hervidero. El
azabache era una madera sometida a alta presión. Era extremadamente frágil
pero adquirió valor como piedra protectora. Era una industria potente. Pero no
podía haber más de cien negocios abiertos para evitar la sobreproducción. En estos últimos pasos mirando a la derecha
está el antiguo monasterio de San Martín Pinario, segundo más grande del país
tras El Escorial,que fue fundado por los monjes del Santo Sepulcro en el X.
La Puerta del Santo Peregrino se hallaría
al bajar Costa do Cristo.Y en la esquina con Carretas la Iglesia de la Trinidad
pervivió desde el XII hasta que se vino abajo ya en el XX. Allí se hacían ritos
funerarios que luego pasaron a la vera de San Fructuoso. La necrópolis estuvo
viva unos 700 años en el suelo donde hoy florecen los setos laberínticos. Los
peregrinos eran sepultados con sus atributos característicos, concha y báculo,
para así evitar transitar por el Purgatorio.
En la misma Plaza
de la Azabachería, o de la Inmaculada, había una fuente de piedra de grandes dimensiones
para que los peregrinos se aseasen antes de entrar al templo. Aún se ve ahora
el desagüe más bajo en la zona central.
Donde hoy está la
Hospedería de San Martín Pinario hubo un viejo hospital. Su portada es la que
hoy mantiene el Colegio de San Xerome en el Obradoiro. Viendo su ruinoso estado
los Reyes Católicos mandaron construir uno nuevo. Se inaugura en 1499,mismo
año de la fundación de la Archicofradía. En los primeros cincuenta años de esta
nueva sede los médicos y boticarios sólo atendían a peregrinos. Los lugareños
lo tenían vetado. Aquí nació Rosalía de
Castro. Y rebasada la mitad del siglo XX cambió su función para convertirse en
Parador Nacional.
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