Conferencia de mi maestro.
19-8-2015, Hostal de los Reyes Católicos
19-8-2015, Hostal de los Reyes Católicos
Ataño se decía que
las peregrinaciones florecieran durante el Medievo y luego decaerían
progresivamente hasta el Xacobeo 93. El profesor Lopo, mi favorito aunque me
llevara a septiembre, desdeña esta visión apriorística. En la Edad Media no
hay documentación para cuantificar. Y hubo factores que la frenaron como la
Guerra de los Cien Años o la Peste Negra de 1348.
La peregrinación
evolucionó de manera oscilante en la Edad Moderna, en vaivén. Hubo instantes
de esplendor intercalados con otros de atonía a causa de guerras, hambres… Así, en 1589 Francis Drake llega a Coruña con
la intención clara de destruir la Catedral; las reliquias se ocultan pero no
supuso un trauma porque todo el mundo sabía que estaban bajo el altar mayor.
Se siguen fundando
hospitales como el de Padrón, Tui, Mondoñedo o Vilar de Perdizes, en
Tras-os-Montes. Y se remodelan otros como el de Burgos, Roncesvalles o
Santiago. Los santuarios de peregrinación se multiplican por toda España. Y no
dejan de publicarse diarios y guías de peregrinos. Desde Felipe III a Carlos IV todos los reyes
hacen donativos y mandan delegación en cada Año Santo. En El Quijote Sancho, que encarna el espíritu popular, ofrece toda la
comida de su morral a unos peregrinos alemanes. Eso demuestra que eran seres
respetados. Si la peregrinación
estuviera trasnochada los pícaros o
coquillardos no sobrevivirían.
Épocas doradas fueron los años santos de
1660 y 1666. En el Convento de San Francisco incluso los peregrinos llegaron a
dormir en el claustro. También fluye a mediados del XVIII a pesar de las
críticas del Racionalismo. En 1765 el Padre Feijoo dijo que las muchedumbres
parecían enjambres. El napolitano Nicola Albani vino en dos ocasiones, 1743 y
45. Al pasar por el sur de Francia pedía limosna y le aconsejaban por donde
debía ir. En El Escorial lo acoge una familia que nunca empezaba a comer antes
él. Narra que en la Catedral había gente también de noche.
El Concilio de
Trento avala las peregrinaciones. Los erasmistas, humanistas y la devotio moderna lo veían como
folklórico; promueven una religión más interior pero queda reducida a círculos
muy intelectuales. El cardenal Baronio
denigró el Camino pero hubo muchos escritos de réplica como hizo el propio
Urbano VIII. A su vez La Reforma
Protestante gana adeptos en Europa. Pero la peregrinación a Santiago era un
fenómeno tan vivo que Lutero la cita hasta en doscientos treinta y seis
veces.
En Galicia El
Apóstol no era un Santo muy popular porque cobraba el Voto de Santiago,tributo
muy contestado. De hecho Santiago y Jacobo no son nombres comunes entre la
gente. No son muchas las cofradías dedicadas al Santo. En la obra Las aventuras de Pedro Urdemales se leen
que los orensanos “de cien no irá uno” a Compostela.El fervor lo suscitaba San
Andrés de Teixido. La situación no mudará hasta el XIX cuando se convertirá al
fin en un elemento identitario.
El fenómeno jacobita
siempre estuvo muy arraigado en Francia. La sempiterna rivalidad de Carlos I y
Francisco I y las guerras de religión cerraron el grifo en el XVI. Pero ya
Felipe II se alarma pensando si los peregrinos galos iban a apoyar al candidato
portugués Don Antonio con el que estaba en guerra. Luis XIV y Luis XV, su
sucesor, dictaron reiterada legislación prohibitiva hacia la peregrinación.
“Los historiadores sabemos que si una ley se repite es porque no se cumple”. Se
ha estudiado que aquellos que venían como temporeros procedían de zonas
diferentes a los romeros. Los jornaleros, peones o aguaderos competían por
trabajo con los gallegos en Madrid o Cádiz. La Revolución Francesa cambiará la
situación drásticamente, iniciándose una centuria agonizante. En el XIX los
españoles ya sobrepasan el ochenta por cien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario