martes, 10 de diciembre de 2013

La sonrisa de Mendoza

Conferencia de Mendoza en la Ciudad de la Cultura (Ciclo Nexos.7-12-2013)
*Publicado en La Voz de Galicia el 9-12-2013
   No me hizo gracia cuando el pasado nueve de noviembre, jornada de lluvia incómoda, acudí al Gaiás y descubrí in situ que la conferencia de Eduardo Mendoza se había aplazado. El cronista de Barna tiene un aire a Pasqual Maragall. Con su sonrisa de Mona Lisa. De Premio Planeta.
   No vino aquí a hablar de sus libros. Sino a teorizar sobre el humor.  Primero se identificó con un fluido corporal. En la Grecia Clásica un cómico no tenía prestigio. “La primera novela que se me ocurre con humor es El asno de oro de Apuleyo, aunque es socarrero”.Un humor más noble  surge en el Renacimiento  con El Arcipreste de Hita o Rabelais.Cervantes enlaza humor con dig-nidad humana. La novela francesa del XIX es muy seria pero la gracia de Flaubert se palpa en sus cartas.Hoy está en manos de los menos capacitados. Una salvedad. Los Monty Python, “venerables ancianos de humor inteligente, que vuelven y sus entradas se agotan en 43 segundos”.
   El humor es una forma de tanteo entre dos desconocidos. Tiene un componente de engaño o estafa. Es cruel y agresivo cuando se ceba con alguna tara física, religión o pueblo. Tiene vínculos con la demencia. Es coyuntural; lo que tiene gracia hoy quizá no la tenga en el futuro.Y viaja mal. ”Lo que aquí se hace se entiende poco en Francia, menos en Alemania y nada en Japón”. Ha de buscar la excelencia. Es un mecanismo de relojería que debe funcionar con una precisión tremenda. Máximo efecto con las mínimas palabras. “Hay que saber terminar a tiempo”.
   En el Covarrubias  acompañan la visión peyorativa de la risa de un ejemplo. Filemón murió de risa al ver un asno comiendo higos. Ante tal estupefacción Mendoza concluye que “los diccionarios son una de las vergüenzas nacionales. Los neandertales tendrían uno mejor”.   
   Hay una risa cruel. La satisfacción del malo de la película ante el sufrimiento ajeno. La risa se ha asociado con el Diablo. Es un tema que siempre ha preocupado a la Iglesia. Los teólogos pensaban que Dios no se reía nunca porque, al saberlo todo, nunca lo puedes sorprender. 
   Humor es también la carcajada pura que no se reprime Mendoza cuando Gonzalo Navaza repasa algunas definiciones de su Elucidario. ”Un pilingüe es quien habla 3´1416 lenguas”.

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