lunes, 9 de julio de 2018

Guernica, camino a la paz


*Visión de la Exposición "Picasso. El viaje de el Guernica"
que amenizó los Jardines de Méndez Núñez de A Coruña
hasta el pasado 20 de junio de 2018.


   Un grito desesperado. Como la niña del napalm o la angustia de Munch. Un icono antibelicista. Una alegoría del terror y la violencia extrema. Una protesta desesperada contra la injusticia.

   Su destino era la Exposición Internacional de París de 1937. Fue, a pesar de haber empezado ya la Guerra,una petición del gobierno de la II República. Max Aub,desde la embajada de España en Francia,facilitó el cheque por los costes de la obra. Picasso insistió entonces en entregarlo al pueblo español. También Julio González y Joan Miró aportaron su granito de creatividad.

   En la muestra, abierta del 25 de mayo al 25 de noviembre del 37, ya se palpaba la tensión prebélica que se respiraba en Europa. Alemania y la Unión Soviética ya mostraban colmillo.

   La población vasca fue bombardeada por la Legión Cóndor el 26 de abril del 37. Un experimento militar que se saldó con más de cien víctimas. La información llegó a Picasso a través de los diarios 
L´Humanité y Ce Soir. Ya había guión e inspiración para un artista comprometido.

   Preparó 45 bocetos en técnicas variadas: lápiz,carbón, gouache y óleo. Tardó 5 semanas en terminarlo en su estudio de la calle Grands Augustins. Dora Maar fue fotografiando las fases de realización y las visitas de amigos como André Breton.
   Añade elementos de su propia mitología como el minotauro y los caballos sacrificados en las corridas. El propio equino, en palabras del malagueño, aludía al franquismo.

   En la primavera del 38 el Guernica inicia su primer viaje;llegó a Escandinavia gracias a una exposición itinerante sobre Picasso, Matisse, Braque y Laurens. En septiembre del 38 llegó a varias ciudades inglesas por la iniciativa del Comité de Ayuda al Pueblo Español.Clement Attlee, líder de los laboristas, la presentó en la WhiteChapel de Londres; se pretendía, con la máxima solemnidad, que los británicos echasen una mano al bando republicano. En el 39 la gira alcanza Nueva York, Los Ángeles, San Francisco y Chicago. La Guerra Civil ya había terminado. En Harvard en 1941 lo definen como un altar moderno desacralizado.

   Picasso se afiliara al PC francés en el 44. Desde entonces Edgar Hoover, director de la CIA, investigó sus movimientos para ver si era conveniente o no concederle un visado de entrada.

   Alfred Barr, director del MoMa, aprovechó el contexto bélico en Europa para que el cuadro descansase allí. El artista aceptó, siempre que regresase cuando España recuperase la libertad. En el 47 se organizó un simposio en el propio MoMA para debatir sobre el simbolismo del cuadro. Entre las influencias citaron las pinturas rupestres y románicas, Goya y Manet. Y se debatía sobre el uso del blanco y negro y la fuerza expresiva de los miembros mutilados.

   Pero la obra seguía marchando de vacaciones. En 1953 está en Milán e inmediatamente en la Bienal de Sao Paulo. En 1955 hace escala en París antes de recalar en Múnich, Colonia y Hamburgo. Hubo más paradas en Bruselas, Ámsterdam y Estocolmo.

 En los 70 los activistas contra la Guerra del Vietnam se manifiestan ante al cuadro.El artista Tony Shafrazi atentó en 1974 contra el Guernica escribiendo con spray rojo“matad todas las mentiras” sobre su superficie. En el 80 el MoMa monta una retrospectiva para despedirlo.

  España,al morir Franco,inició las gestiones para repatriar el cuadro.Adolfo Suárez fue apoyado por la oposición. Se consigue el objetivo, cruzó el Atlántico enrollado, en septiembre del 81. El regreso del“último exiliado”significó para la luz pública la reconciliación entre los dos bandos.

   La primera sede fue el Casón del Buen Retiro, que en 1814 quedara en ruinas tras la invasión francesa. La vigilancia era extrema y estaba protegido por una urna de cristal blindado. En el verano del 92, tan mediático en nuestro país, se trasladó a su hogar definitivo, el Reina Sofía.

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