*Conferencia organizada por el Grupo Histagra
en la Facultad de Historia de la USC (16-1-17)
Lourenzo Fernández
Prieto confiesa su ideología. “Está en comunión con nuestras ideas”. Y recuerda
las obras más célebres del invitado, En
el nombre del pueblo y Una revolución
elegante, trabajo empírico sobre la proclamación de la República. El
profesor de la Universidad de Santiago cree que aquella fue, a excepción de la
Revolución de los Claveles, la última revuelta europea.
Rafael Cruz Martínez
viene con la idea de desvelar que significan las palabras en su contexto para
poder entender como la emplearon los personajes históricos. Hoy puede
parecernos chocante pero el mundo obrero portaba en su día pancartas de “Todo
por la patria”.
Uno de los términos
que cambió de significado fue exterminio.
Antes de la II Guerra se refería a la expulsión de la comunidad política. Como
lo que le ocurrió a los jesuitas. Después significará devastación.
Persecución era represión. Los
republicanos se sentían así en la dictadura de Primo. Luego ya implicará
sangre. Holocausto no tenía que ver
con la matanza.
Democracia tenía dos significados. El
menos extendido era el régimen político opuesto a tiranía u oligarquía. La
Democracia Orgánica se refería a una comunidad donde sus miembros son iguales.
Era equivalente a la actuación del pueblo. La democratización era una expresión
política de una clase social, la obrera. Democracia podía referirse a los socialistas,
como por ejemplo los países del este de Europa, o a los fieles católicos. Por lo tanto, el concepto mayoritario de
democracia en los años 20 y 30 era excluyente pues no estaban incluidas
determinadas comunidades.
Guerra Civil es sinónimo de discordia,
fractura, falta de sosiego político. Pero en los años 20 o 30 se usaba en el
viejo continente para referirse a una batalla de ideas. Ricardo Baeza, escritor
español nacido en Cuba,habló de guerra civil por un conflicto en el mundo
literario. Antonio Machado exclamó “Don Miguel de Unamuno inició una guerra
civil de los espíritus”. El término se
usaba para referirse a una discordia entre miembros de una misma comunidad o
partido. De hecho, autores como Keynes o Eugenió D´ Ors denominan Guerra CIvil
Europea a la Gran Guerra”. También se utilizaba mucho en las campañas
electorales. Para la del 36 no la tildaban aún civil por no considerar enemigos
a los conciudadanos.
Muerte Civil se refería a entrar en la
cárcel o a la pérdida de derechos de un pueblo. Así lo decían los republicanos
en tiempos de Primo de Rivera. Ortega dijo que la unión civil de los españoles
había muerto; era mil veces más peligroso que una guerra de sangre. Algunos postulaban que a los republicanos
sólo les unía el odio hacia Primo y podría desencadenarse una Guerra
Civil.
En la República se
emplea mucho el término de Guerra Civil. A los pocos meses de proclamarse Unamuno
escribe en un artículo que estamos en una “guerra intestina, familiar y
doméstica”. Entre UGT y CNT. En la CNT
entre los sindicalistas y la FAI. En el 31 se hablaba de una Guerra Civil del
Norte ente PNV y carlistas. Y, por último, la separación entre Iglesia y Estado;
así, se trata de una guerra espiritual pero hondísima que se celebra no en las montañas sino en los
hogares.
En las primeras dos
semanas tras el 17 de julio se hablaba de operaciones,
alzamiento o cruzada. Para a final de mes referirse ya a guerra cruenta y “verdadera
guerra”. El Cardenal Isidro Gomá, gran conocedor de temas políticos, habla
en agosto de lucha fratricida del pueblo nacional en sus tendencias opuestas,
nacionales y marxistas. Indalecio Prieto,muy
republicano y poco socialista, dijo en un periódico que era una guerra entre
hermanos. Claridad, órgano de Largo Caballero, expuso que los enemigos no eran
compatriotas ni conciudadanos y estaban fuera de la ley. En agosto ya se palpa la ayuda de Alemania,
Italia y El Vaticano al Bando Nacional. Por eso se les tacha de extranjeros. Y
al bando republicano se les acusaba de soviéticos o rusos. Se habla de Guerra de Independencia o de
Guerra Nacional. Los rebeldes dicen
que su enemigo son hordas rojas que hay que aniquilar; hablan de Cruzada o de
Guerra de Liberación Nacional, términos que se siguen empleando al final de la
dictadura con Carrero.
El 2 de mayo se
celebra en ambos bandos en los años 37 y 38. Ambos se consideraban
nacionalistas. Estamos en la época de mayor fervor patriótico.
Son los
hispanistas, como Hugh Tomas o Gabriel Jackson, quienes en los setenta la
llaman Guerra Civil. En el contexto de vejez, muerte y enfermedad de Franco ya
todos admiten que la culpa es coral y que hay que evitar repetir aquello.
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