*Mis impresiones sobre Jackie
Película de Pablo Larraín nominada a 3 Premios Óscar
Con una magistral Natalie Portman
Me lo ha contado
muchas veces. Estudiaba en el San
Ignacio de Loyola de la ciudad del madroño cuando comunicaron al Papas,apodo del maestro, la fatal
noticia.“Han matado a Kennedy”. Todos
hemos visto el vídeo de Zapruder. Las motos escolta, el descapotable con dos
magnas banderas que suman un centenar de estrellas y los disparos. La Primera
Dama se sube a cuatro patas al capó sin saber donde resguardarse y un miembro
de seguridad sale a su auxilio. El
bólido arranca a gran velocidad. Es el 22 de noviembre del 63. Arranca el
enigma JFK.
Sol de otoño. La
historia saltó por los aires desde aquella azotea del agreste sur. “Pensé que
había sido el motor.Tenía una expresión maravillosa en el rostro”. Vestía
casquete y el icónico traje rosa de Chanel con cuello negro. Tardó en desvestirse,
como si no quisiera despedirse para siempre de la sangre de su marido. Fue
quitado de en medio a los dos años, diez meses y dos días de llegar. Se ve a Lyndon
Johnson casi como un usurpador oportunista.
“Dios es cruel”
escuchaba el sacerdote. Quitarse del medio fue una opción.“Sólo las personas
vulgares y autoindulgentes se suicidan. Quería que alguien lo hiciese por mí.
Recé para morir”.
¿Cómo se lo
contamos a Caroline y John júnior? No hay dolor más grande para un padre que
enterrar a un vástago. Arabella y Patrick, 39 horas, ya se fueran de forma
prematura.
Jackie y su cuñado
Bobby,a quien también esperaría un funesto destino, representan los daños
colaterales del magnicidio.La bomba expansiva de una bala mágica.Han de
gestionar su dolor y negociar sin dilación cada paso de la capilla ardiente y
el cortejo fúnebre. No faltaron los gaiteros escoceses que tanto emocionaban al
de Massachussets.Todo el séquito que rodea a Jackie intenta protegerla en una
burbuja de algodón. Lloró ante el mundo entero con fotogenia y compostura.
Tardó en llegar a sus oídos la muerte de Oswald pese a ser televisada en
directo. Se esperaban ciento tres jefes de estado. Charles De Gaulle sufrió
amenaza de atentado. “Si hace falta le facilitaremos un coche blindado o un
tanque”.
Fuera entrevistada
cuando se convirtió en la tercera Primera Dama más joven en la breve historia
de USA. Una mirilla al americano de a pie para fisgonear el hogar del
presidente. Se muestra dubitativa. Tartamudeaba a veces.Y siempre buscando la
aprobación de su asesora.
En cambio, en sus
confesiones al periodista de la revista Life
muestra rencor y sarcasmo. Un cigarro tras otro.Sólo se asomaran siete lunas.En
muchos casos se ofende pese al respeto y pies de plomo del reportero. Controla
cada palabra que se publica. Casi intimidándole cuando muestra su vena más
personal y emocionada para que no haya una gota de amarillismo.
Pero no escatima en
titulares. Su auténtica veneración sobre Lincoln, el hombre de la ceja arqueada
que abolió la esclavitud. Sus dudas sobre la fidelidad de John. Muchas veladas
fuera de cama. Aunque matiza “Era un gran padre”. Y un sorprendente pánico a
dejar en bancarrota la Reserva Federal. “Gastaba lo que fuera en ganar votos
pero no en un cuadro bonito”. También
recuerda las fiestas de pompa y boato en la Casa Blanca. Pau Casals llevó su arte a Camelot.
Muchas pesadillas hasta que Jacqueline Bouvier mudó por segunda vez
de apellido.
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