Conferencia en Santiago por la Semana del Alzhéimer
sobre los pensadores que se ocuparon de analizar el cerebro (19-9-2016)
El neurólogo Juan Manuel Pías Peleteiro no pretende
hablar sólo del alzhéimer, epónimo que reconoce es el más comentado de toda la
medicina.
Ya hay testimonio
de cuidado de mayores y enfermos en Atapuerca. Una niña sufría un problema en su cerebro que
no crecía. Y pese a ser un lastre para
la comunidad aguantó con vida hasta los once años. Esto demuestra que siempre
que hay un paciente que sufre habrá una persona, al menos, que ha de soportar
toda la carga física o psicológica. Como el Atlas del Toral.
Hipócrates de Cos, muy sagaz, ya
defendía que las facultades estaban en el cerebro. Aristóteles en cambio seguía
apostando a que estaban en el corazón. Ya en Grecia Clásica creían a partir de
los 49 años el cuerpo y la mente comenzaban a declinar.
Cicerón en su tratado sobre la senectud
en cambio prueba que los ancianos conservan las facultades si continúan con
interés y ejercicio.
Vicente Risco escribió un libro sobre
la historia de Galicia. Cuando trata la época romana describe “a los criminales
los despeñaban pero respetaban sumamente a los ancianos, a los que reservaban
los primeros puestos en los banquetes.”
En la centuria
siguiente vive Roger Bacon. Porque
el filósofo escolástico y franciscano apoyaba la tesis de Hipócrates de Cos.
El Bosco pintó la curiosa obra “Extracción
de la piedra de la locura”. Científicamente no existe pero en cerebro si que se
pueden llegar a encontrar algunas áreas calcificadas.
En el XVI Philip Barrough hizo un libro muy exhaustivo
sobre las enfermedades desde la cabeza a los pies. Ya habla, claro está, de la
pérdida de memoria.
Shakespeare y Cervantes ya hablan de dos dementes. El Quijote, que padecería con total seguridad cuerpos de Lewy, es
cinco años más viejo que El Rey Lear. Ambos abusan de idealizaciones
delirantes.
El doctor Thomas Willis clasifica en el XVII los
distintos tipos de demencias. Por traumatismos, abuso de alcohol, por opiáceos,
asociada a la epilepsia, secundaria a la apoplejía… La estupidez no puede curarse
pero sí corregirse.
Hoy sabemos que
para combatir muchas enfermedades es vital la detección
precoz. Así que viene al caso una de las
píldoras de Benjamin Franflin. “Una
puntada a tiempo puede evitar dar nueve puntadas”.
La psiquiatría nace
a finales del XVIII en Francia. Por entonces Philippe Pinel es partidario de la cura moral.
Que la parte sana cure a la enferma.
Antoine Bayle constata que a consecuencia de muchas enfermedades se
inflama el cerebro.
Ya en el siglo XX Alois Alzheimer
y su discípulo Gaetano Perusini son
quienes descubren los filamentos que hay en los cuerpos neuronales.
El ya célebre médico Gregorio Marañón decía que para diagnosticar a un
paciente sólo hacía falta dedicarle todo el tiempo necesario, un bolígrafo y un
papel.
Leonard Cohen afirmó que la
demencia no es una forma de envejecimiento normal sino algo patológico. El artista,
de más de ochenta años, envejece de forma saludable y normal.
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