"O deleite da palabra. Larpeiradas dos literatos"
Ayer cenó comida
casera. Vieiras al horno y “pan auténtico con queso blandito”. De postre tarta
de Santiago; pidió un trocito pequeño y no le hicieron caso. Hoy se dejó tentar
por un trampantollo de la nueva
cocina. El chef Alberto Lareo esculpió un huevo de azúcar y lo rellenó de flan.
Era una comensal habitual en la mesa de Marcella Hazan.Es la carismática Donna
Leon.
“Quiero vivir en un
sitio donde no sea famosa”; eligió Venecia, ciudad de 58.000 habitantes que
recibe al año unos treinta millones. “El turismo la destruirá. Los que
fotografían cualquier cosa me convierten en un animal agresivo. Me freno para
no darles una patada en el trasero”. Ahora proliferan los restaurantes chinos y
tiendas de máscaras.Sufre el mayor índice de cáncer de pulmón de Italia a causa
de la contaminación de los trasatlánticos que vienen de crucero.
“No vengo de una
familia culinaria”.Un abuelo alemán, otro español y dos irlandesas; “allí sólo
cocinan patata y nada más”. “Quiero mucho a mi madre pero es una de las peores
cocineras del mundo”.Cocinaba todas las verduras igual; abría la lata, vertía
su contenido en la cacerola, le echaba mantequilla y cocía media hora a fuego
lento hasta que se transformaba en una masa gris. Eso sí, una diosa de los dulces.
“Crecí a base de azúcar. Debería pesar doscientos kilos”.
No vuelve a leer
sus libros. Ni los conserva; prefiere regalarlos.“Cuando hablo de cocina no es gastroporno”. Sus manjares no suelen
acompañarse de más de un adjetivo.Relaciona la comida con el amor.Cuando
quieres a alguien le das de comer.Sentarse a comer evoca unidad familiar; ahí
es donde los niños aprenden civilización: como agarrar el cuchillo, no hablar
con la boca llena y escuchar a los adultos. Lo que no le gusta es quien
presume de saber si un vino es de la cosecha de 2012 o 2013; “Esos superpoderes
no aportan nada a la sociedad”. Le
hastían los aires de grandeza de la alta cocina pero “soy bastante mayor para
andar juzgando a la gente”.
Entre sus
escritores preferidos salva a Dickens,Flaubert, Balzac,Jane Austen,Anthony Trollope o Edith Wharton.De Henry James su interés por la
mente.En temas culinarios destaca a Margaret Fisher y a Bee Wilson, que
escribió La importancia del tenedor y
una obra sobre las abejas y su producción de miel. Henry Fielding narró una
escena de seducción durante una comida en su Tom Jones. También tuvo palabras cariñosas hacia Ruth Rendell, dama
de la novela negra que falleció hace apenas un mes.Leyó unas cinco veces su
célebre Juicio en piedra que comienza
con una frase lapidaria. “Eunice Parchman asesinó a la familia Coverdale porque
no sabía leer ni escribir”. Diez años antes que Crónica de una muerte anunciada.
La británica creó al detective Wexford, filósofo y felizmente
casado. Con una vida ordenada como su
Brunetti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario