martes, 23 de junio de 2015

Auschwitz

La versión oficial.


   Auschwitz se llama Oswiecim. Un cementerio sin tumbas. El epicentro de la barbarie. La espinilla del Holocausto.  El campo base fuera cuartel de los bomberos del Imperio AustroHúngaro. Apenas seis hectáreas rodeadas por un riachuelo. Como no podía ampliarse  en octubre del 41 cuatro mil prisioneros soviéticos inician la construcción de Birkenau. 176 hectáreas y 16km de fosos. Hicieron el segundo y tercer sector; seguirían si Alemania tuviese mejor sino en la guerra.

   Los deportados eran separados por sexos. Solo aceptaban a un veinte por cien. El resto, directos a las cámaras de gas. Hambre, frío y tifus harían la siguiente criba. Sólo aquí se hicieron tatuajes, aunque no a todos. Los pijamas de rayas no eran suficientes. Al revés que en Mauthausen, un noventa y cinco por cien de los prisioneros trabajaban fuera de Auschwitz: en minas de carbón, en el campo…   Más de medio millar por barracón. Hacinados. Dormían en el suelo, en montones de paja. Las camas aparecerán en Birkenau.
 

   Tomaban sopa con harinas, patatas o remolacha y té elaborado con abedul u ortigas. Muchos sufrían de diarrea. Los nazis dormían fuera para regatear a la tuberculosis. El  hospital apenas contaba con aspirinas y agua sucia. Una batalla perdida. El doctor Mengele estaba más preocupado en realizar exámenes antropométricos. El objetivo era averiguar como conseguir gemelos para multiplicar la prole germana.


   Los pocos ahorcamientos que hubo fueron moralizantes. Maximilian Kolbe fue un franciscano que aceptó morir antes que un padre de familia; como resistía más de lo debido le inyectaron fenol al corazón. El primer experimento con cámaras de gas se hace el 3 de septiembre del 41 en el horno I, un almacén adaptado. El único que se conserva hoy. Más de la mitad de los gaseados sobrevivieron. Luego “mejorarían” el método. Usaban el Zyklon B, pesticida que se utilizaba para matar ratones, topos y piojos. Se les quitaban los dientes de oro y el pelo, que vendían a medio marco el kilo para hacer tejidos y tapetes. Las prótesis servirían a los soldados alemanes del frente. El Sonderkommando, unidad especial de presos,hacía el trabajo pero a los dos o tres meses le tocaría morir a ellos. Las cenizas servían como fertilizante de los campos.

   En la primavera del 43 empieza el exterminio  a nivel industrial. Un año antes iniciaran la “Solución Final” los campos de exterminio del Este:Majdanek,Belzec,Sobibor, Treblinka y Chelmno.
 
   Las únicas fotografías que se conservan del infierno, apenas doscientas, son de final de mayo del 44.Un regalo de los nazis a la historia.Hacen referencia a la llegada masiva de judíos húngaros. Fueron en total más de cuatrocientos mil, por delante de polacos, franceses, holandeses, griegos y checos. El viaje más largo procede de la isla de Rodas, veintisiete días de trayecto.


   El 7 de octubre se dio el único levantamiento en Auschwitz.”Ahora o nunca”. Sabían que la resistencia polaca estaba cerca. Querían propagar el caos pero los operativos del crematorio IV se precipitaron y fueron rápidamente aplacados. Al menos volaron ese horno y consiguieron que se dejasen de emplear las cámaras de gas. Los nazis, en plena espantada, se encargarían de deshacer las pruebas del II, III y V a inicios del 45.El 27 de enero llegan los soviéticos. La libe-ración no encontró oposición. Había solo siete mil prisioneros, de ellos seiscientos cincuenta niños. Los nazis ya evacuaran a cincuenta y seis mil reos.Las marchas de la muerte. Solo la mitad llegó a la frontera que distaba a 80 km al oeste. Los campos alemanes no se liberan hasta abril.
 
   El comandante Rudolf Höss presumió de dos millones y medio de víctimas pero oficialmente están reconocidas un millón cien mil. Más de doscientos mil niños. Veintitrés mil gitanos. Un papá ejemplar, dicen. Fue juzgado y ahorcado en el propio campo, muy próximo a su casa, en 1947.





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