sábado, 12 de abril de 2014

Goliath aguantó la pedrada

*Crónica del Obradoiro 83- 89 Regal Barcelona (noviembre 2011)
* Publicado en la sección Tribuna Libre de El Correo Gallego  

El modesto equipo gallego se subió a las barbas del líder de la ACB. Motivación, intensidad defensiva y exhibición de sus fichajes fueron las claves. ¡Qué se acabe el Lockout! Lorbek empezó muy enchufado pero enseguida desquició a sus compañeros por su individualismo. Lasme intimidaba. En el primer parón interrumpieron el spanglish del Alquimista para avisarle de la entrada de Wallace, pero estaba tan fallón que uno de sus melones provocó la mofa de Sar. El Regal no encontraba la fórmula con los tiros libres, ni siquiera Navarro. La Bomba, que deslumbró aquí hace dos años, empezó su recital en el segundo cuarto; más efectivo cuanto más inverosímil. Ya solo le falta por rebasar a Herreros desde 6´75. La calidad del Tuky aparecía solo a cuentagotas.


 Milt Palacio agotó una posesión deslavazada con un triple poco ortodoxo, sacando el balón de la cintura. Quien no reía resoplaba. El base se jugó por libre la penúltima posesión antes del descanso. No existe pizarra que sacase algo en limpio en esas ocho décimas. El Blusens se marchó eufórico. El público se agolpó sobre el túnel para acariciar las palmas de sus ídolos. Los bailes de la mascota restaron gente en la cantina. Bienestar.

Corbacho calentó la muñeca. En un tiempo muerto de Pascual el speaker arengó a las masas. El Barça estaba grogui y el triplista se cebó una vez más. Una docena, máxima ventaja. Pete Mickeal inició la remontada. Andrés, como un flan, falló un pase fácil. No sería la última vez; efecto Sansón. Pestañear y Ndong ya ponía a los visitantes a dos.

Todo por decidir. El talentoso Kendall no veía aro pero dejó dos chapas de libro. Fran Vázquez estuvo desafortunado en sus escasos minutos sobre el parqué; nadie es profeta en su tierra. Apareció un actor inesperado, Wallace, que fue revirtiendo sus malos porcentajes. Ere, con sudor en la calva, y Palacio con un triplazo frontal se reivindicaban por fin. La pista estaba resbaladiza. Eidson y un Marcelinho que fue a más voltearon la tortilla hasta que Washington voló como antaño; espectacular sí pero fue su única canasta en juego. Oriol dio la última ventaja pero la alegría dura poco en la casa del pobre.

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