miércoles, 14 de marzo de 2018

Olé

Crónica del Manchester United 1-2 Sevilla (en la ida 0-0 en el Pizjuán)
Los de Montella entran en el bombo de cuartos de la Champions


   No daba un euro por el Sevilla. El año pasado en octavos parecía fácil el Leicester y hubo relajación, puntos fatídicos, Schmeichel y Vardy. Dos estilos hoy. Unos cuerpos aptos para jugar en la pintura,Valencia casi más para el rugby, y otros con genética de jockey.   Unos apostando por el juego directo, incluso desde saque del arquero, y otros por fútbol control. Ambos con ambición, alegría y buscando portería. Muy vistoso. Sin ralentí. Sin faltas, sin posesiones estériles. El punto de mira hispalense estaba en el segundo anfiteatro.  Rico intervino en escena dos veces pero muy relevantes en la trama.  Un chut a romper de Fellaini y uno cruzado de Lingard.
   Banega le dejó los tacos a Alexis para marcar territorio. Como si quisiese vengar las dos últimas Copas América. Maravilla estuvo menos decisivo de lo esperado y Éver hoy no cortó el cable rojo. El Mudo, que venía de una mudanza, se hinchaba a regalar pelotas. 
   Entraba la eliminatoria en los minutos del respeto.Ben Yedder salió con el laurel en la cabeza. Aprovechó un pase de tiralíneas de Sarabia para batir a De Gea en paralelo. Era un gol de los que dicen doble. Pero por si acaso hizo otro. Sigue funcionando la jugada de las focas que patentó el Buitre en el Mundial de México. Peinó Correa sin que nadie se preocupase por él y el francés hizo los deberes. El portero de España se escurría sin echarle el guante a la rana.   

   Salieron Mata y Martial como naipes de Joker. El asturiano, en un país de gigantes, no pudo jugar a asociarse.Tuvo que cerrar y correr a tapar un gruyére con las manos vendadas.Mientras N´Zonzi disfrutaba manteniendo un tempo parsimonioso.Lukaku entró cual tifón y Mercado no pudo ni estorbarle.La única vez que el belga no tenía la sombra blanca de Lenglet. Clément fue, de largo, el hombre más determinante del martes 13. Y casi lo redondea con un cabezazo a gol.
  Pocos ingleses creyeron en el milagro. Faltaban dos mordiscos.  Pero los diablos tuvieron orgullo y no bajaron el colmillo. Es de elogiar. Tarjetas ingenuas para Correa y Sarabia. A ver si luego nos arrepentimos. Wissam pudo llevarse el balón firmado pero pensó demasiado y el de la coleta de torero sacó un pie.  Se oían los olés a los llegados desde la Giralda.

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