domingo, 26 de octubre de 2014

Equilibrio

Crónica del Real Madrid 3-1 Barcelona (25-10-14)
Goles de Cristiano (p), Pepe y Benzema; Neymar

Publicado en el Diario As el 27-10-2014

  Lucho escanció a Lucho. Tras su arresto domiciliario el charrúa de sangre ígnea asistía a Neymar. El chico feliz controló, se orientó a pierna buena y la coló a la cepa del poste. Parece sencillo. Pepe estuvo lento de reacción. La única vez que Júnior se zafó de un intensísimo Carvajal.



   La bofetada no atontó al púgil. Marcelo y Benzema, que probó la sonoridad del travesaño, se echaron el equipo a la espalda. Aunque Messi, en el corazón del área, pudo ser verdugo tras otro buen servicio del uruguayo.   Cristiano se mareó ante Gil Manzano. ¡Sigan!  Piqué, que no abrió la Caja de Pandora, abusa de ir al suelo. El pesquisidor avistó su mano. El aún imbatido cancerbero pensó que el insaciable delantero portugués la rompería de empeine. No fue así.

 
   El audaz Ancelotti esparció hasta cinco mediapuntas por la medular. Karim lo es. Las piernas abovedadas del de Arroyo de la Miel ya nunca se olvidan de volver. Los tres arietes azulgranas, amonestados, confundieron presionar con pegar. Aspersores y ambición.

 
   Kroos en Madrid no emboca a palos. Pero su precisión es plasticidad. Su golpeó de esquina calcó al que hizo con la Mansschaft ante Brasil para abrir el tanteo.  Bloqueos en el parque. Pepe atacó tundente el cuero.  Debían remar los de Luis Enrique. Luis Súarez, tras cuatro meses y un día, y Messi protestaron infracciones de los centrales merengues. Y Mathieu disparó a las telarañas desde la frontal. Balones donde Iker se siente cómodo. Palomita y aplausos.
 
Rakitic ingresó en el rectángulo para sacar desde el ángulo. Una estrategia mal ejecutada propició un contragolpe merengue.  Iniesta y Masche jugaron a ser bolos. Isco buscó a Cris y este abrió para James. El viperino desmarque de Karim y su chut cruzado sentenciaron el Clásico.


   La última media hora demostró un juego apacible de los culés. Posesión soporífera. Impoten-cia.Carlo dio minutos a sus Makeleles para ovacionar a sus Zidanes.El Madrid gozó de transiciones para apabullar.Pero el Jefecito no bajó los brazos y a Ronaldo no se le da bien ser generoso

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