lunes, 23 de septiembre de 2013

Clásico a la vista

Málaga 2-4 Barça (Vuelta de cuartos de copa 2013)

Esta copa sólo la beben los gigantes. Ni una sorpresa en todo el cuadro. No hay defensa numantina, Eneko Romo ni Pablo Infante. Nadie cruza la Meseta bajo una luna invernal y madruga para abrir la sucursal.No hay mileuristas guasones de fiesta que hagan felices a pueblos obreros. Pero en la Rosaleda hubo ración de emoción e incertidumbre.

Los catalanes estaban obligados a marcar pero ¿Cuándo no lo hacen? Alves,resucitado al fin, colgó y Pedro cabeceó a gol. El tortazo espabiló a los malacitanos. Duda se atrevió con un pase interior y Joaquín remató sedoso y ajustado. Seba, la brega de un zaguero, iniciara el ataque recuperando el cuero con la mano. Picante a gusto del consumidor.

El césped invitaba a hacer el espagat pero el juego vistoso no se menoscabó.Messi,que disfruta más descolgado,pudo aprovechar sendos errores de Demichelis y Camacho. El rosarino citó a Iniesta con Kameni pero no anotó por causa de un control defectuoso.Los locales apenas una estrategia templadita de Duda y una parada en dos tiempos de Pinto.

Iniesta cogió su pelota en el intermedio; puso las reglas. Asistió a Piqué quien marcó con la zurda tras controlar con el pecho. Tan estilosa diana como en la noche de los aspersores. Primer biberón para Milan. Luego Cesc se enzarzó con Wellington quien le pisó a traición; el carioca fusionó virtudes y defectos de su paisano Pepe. Los sureños ya tejían su contra. Seba condujo con brío,con caño a Alves inclusive,y se la cedió a Roque que remató cruzado desde la frontal.Premio al paraguayo que amortiguara cada patadón.

Con Iturra apercibido el Málaga tenía un orificio ante su media luna. Poco oxígeno.La puntilla fue a falta de quince minutos.Andrés tiró una pared con Cesc y batió a Kameni entre sus piernas.Punto, set y partido. Al Málaga ni le valía otro gancho. Los culés jugaban a placer. Dani centró al corazón del área y Leo cabeceó a la red. Roura lo sentó e hizo dos extrañas permutas. Al menos el anheloso Alexis dio un pase de gol a Fábregas que se topó con el felino camerunés. El cuatro tenía el gol entre ceja y ceja; agonizaba el choque y fue atropellado por Camacho pero Mateu mandó a todos a la ducha.

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