Largas colas para depositar los paraguas asesinos en una consigna improvisada. No sabrían que a la salida sería la ley de la selva. Al inicio una pájara inquietante. Cero a diez. La precoz antideportiva a Deron desconectó al saltarín del duelo de alta tensión. Pero el pequeño Andrés no se arruga ante los molinos; sus nimias estadísticas nunca reflejan su roll decisivo. Su conexión con el perenne Lasme devolvió la igualdad al electrónico. La primera ventaja fue tras un triple de Ere, actor inesperado que esta noche se aplicó en el rebote defensivo. Claver se quejó de una decisión arbitral y se ganó la antipatía del público que ya se la tenía jurada a los jueces. Corbacho, muñeca caliente, lanzó con éxito dos veces desde el perímetro. Arriba al descanso y encauzando el partido más hacia un ejercicio defensivo que a un intercambio de golpes. Y, como en cada tiempo muerto, continuaba el show publicitario con aroma NBA. Los pasatiempos acreditaron que no es pan comido meter un tiro libre. No hay constancia de que las azafatas anaranjadas se aliasen con el enemigo.Sin mandar al otro barrio a la mujer de Flanders se regalaron camisetas, privilegio antes reservado a los socios; al final también habría expolio.

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