miércoles, 2 de enero de 2019

Giacometti

*Trayectoria del escultor suizo 
Notas de mi visita al Museo Guggenheim de Nueva York

*Fotografías de la Fundación Giacometti


   Un creador que transcendió a los ismos. Nació en Borgonovo, en el valle de Bergalia, al pie de los Alpes suizos. Su padre, el pintor neoimpresionista Giovanni Giacometti transformó el establo familiar en un estudio.El pintor simbolista Cuno Amiet será el padrino de Alberto.Un busto de su hermano Diego y el óleo Naturaleza muerta con manzanas serán sus primeros trabajos. Pronto se alejará de la representación naturalista y sentirá interés por el arte no occidental. Al morir el padre en 1933, su hijo usará el taller cuando regresaba de París todos los veranos y algún invierno. Allí retrataba con asiduidad a su madre Anneta. Era muy meticuloso con la distancia entre artista y modelo, que debía permanecer completamente inmóvil,por ello dejaba siempre marcas en el suelo. E hizo sus pinturas grises. Era un espacio cómodo y luminoso. Con panorámica montañosa. Alberto encontraba en los árboles grandes semejanzas con la figura humana. 

   Llega a la capital francesa en 1922 para asistir a clases de escultura en una academia. Conoce en profundidad el Louvre y el Museo Etnográfico. Como no le gustaba viajar apenas había estado en su tierra y en Florencia.  Ocupó un sombrío estudio parisino en las cercanías de Montparnasse desde diciembre 1926 hasta el final de sus días. Cerca de 40 años. Era estrecho, abigarrado e incómodo.Con solo 23 m cuadrados. Pero cuanto más tiempo permanecía en él, “más grande se volvía”. 

   Abraza el postcubismo en Mujer cuchara (1927); se inspira en los utensilios ceremoniales antropomorfos africanos. Un gran abdomen cóncavo evoca el útero femenino y la fertilidad.  Hizo la versión definitiva en yeso, que otros autores solo usaban para fases primarias.



   Entre sus obras más abstractas está Cabeza que mira (1929), pieza plana de yeso, uno de sus materiales fetiche, que presenta una sutil cavidad, casi imperceptible, que evoca un ojo. Toda su vida se preocupó por capturar la mirada. “Si logro hacer bien los ojos todo viene rodado”.

   Giacometti se une al movimiento surrealista de André Breton en 1931. Objeto desagradable  (1931) encaja con las fantasías de brutalidad de Georges Bataille. De esta etapa es Mujer que camina (1932),que da un paso adelante exquisitamente esbozado, casi inmóvil. El inconsciente puede revelar complejos mundos interiores en torno a sexualidad, deseo y violencia. El racionalismo moderno queda erradicado por el poder de la imaginación.   Se exploran temas antagónicos como dolor y éxtasis, lo humano y lo no humano. La amenazante Mujer degollada (de 1932 pero fundida en 1949) recuerda a un insecto, motivo que genera atracción y repulsión al mismo tiempo. También semeja una planta carnívora. La garganta es como una tráquea agonizante. Está concebida para encontrarla en el suelo. Dalí quedó fascinado de la  Bola suspendida (1930–31).



*Bola suspendida
                                   
                                                  *Mujer degollada 

   Desde 1935 Alberto Giacometti se distancia del movimiento surrealista y vuelve a trabajar a partir de modelos, como su hermano o la modelo profesional Rita Gueyfier, que posan para él a menudo.Estaba muy unido a Diego, siempre a su servicio, que le ayudaba a construir armazones. Cambia de trabajar por facetas geométricas a hacerlo de un modo más expresivo.

   Al estallar la II Guerra abandonó varios años su amado taller para refugiarse en Ginebra. Allí realiza pequeñas esculturas sobre pedestales enormes. Sus figuras femeninas de caderas redondeadas se inspiran en su recuerdo de la silueta de una mujer vista desde lejos. También esculpe diminutas figuras de niños inspiradas en su sobrino Silvio al que enseñaba historia.

   El trauma bélico le lleva a la síntesis. Una metáfora de la debilidad del ser humano. Hombre pequeño sobre un pedestal (1945), de solo 3 cm, fue el súmmum de la reducción.“Después de la guerra, estaba ya harto y me juré que no dejaría que mis estatuas se redujesen ni una pulgada. Y entonces pasó esto: logré mantener la altura, pero la estatua se quedó muy delgada, como una varilla, filiforme”.  Quedan figuras alargadas, íntimas y estilizadas. Caracterizadas por un modelado irregular, casi granulado. Seres escuálidos, de contornos desdibujados. “No se ve a una persona en su conjunto hasta que se aleja y se hace minúscula”.  Parecen vistos desde lejos. Las figuras grandes le parecen falsas. Se inspira en el existencialismo y en la filosofía del absurdo que imperaba en los círculos intelectuales. 

   El movimiento de las muchedumbres en las calles fascina al artista y le impulsa a crear composiciones nuevas, como Tres hombres que caminan,(1948),motivo que será recurrente en su carrera. Los extraños comparten un mismo pedestal.
   Giacometti utiliza el motivo de la caja a principios de los años cincuenta en numerosas obras, como Figurita entre dos casas (1950). La caja significa confinamiento, aislamiento o angustia, que puede estar vinculado a su propia existencia. Esta misma idea subyace en las obras sobre el tema de la jaula con el que ya había experimentado durante su etapa surrealista, como ejemplifica La nariz (1947), cuyo extremo perfora literalmente el marco que la delimita, asomándose al exterior.


   En El Bosque (1950) Giacometti reúne una serie de figuras alargadas, ancladas a una base, de manera que se asemejan en cierto modo a un bosque. Están de pie, como si fueran árboles, y próximas entre ellas; sin embargo, no se tocan. Expresa la convicción de que podemos sentirnos aislados incluso en un espacio abarrotado de gente.

   Perro (1951) es un bicho demacrado, que podría interpretarse como un autorretrato. Se inspiró en un can chino que vio una vez; lo relacionaba con su ánimo apesadumbrado en un día de lluvia cuando caminaba pegado a los edificios con la cabeza gacha.

   En 1955 Giacometti conoce al profesor de filosofía Isaku Yanaihara, que venía a entrevistarlo para una revista nipona. Forjan una sólida amistad y le retratará mucho en el siguiente lustro.

   Es seleccionado para representar a Francia, su país de adopción, en la Bienal de Venecia de 1956. Le hizo mucha ilusión. Creó Mujeres de Venecia, grupo de ocho esculturas totémicas de pie en hierática frontalidad. Fueron muy pocas veces vistas por lo complicado de su traslado. 

   Su mujer Annette Arm, fuerza estabilizadora en su vida, era la musa de día. Posaba para él a diario. La  esculpía; en 1962 hizo el óleo Black Annette.


   Compatibilizó su matrimonio con un buen puñado de amantes. Era un cliente habitual de prostíbulos.“Puede decirse que era un cazador.Tan conocedor de los burdeles que incluso llegó a escribir un ensayo sobre ellos”. No pudo tener hijos a causa de unas paperas juveniles.

   En 1959 Giacometti conoce a una prostituta de 21 años que se llama a sí misma Caroline.  Retrató a su amante unas treinta veces entre 1960 y 1965.Por ejemplo,Caroline con un vestido rojo. A veces eran solo esbozos reduccionistas. Y casi siempre de noche. Se palpa la luz artificial.  Sus pinturas siguen unas directrices, quietud estremecedora y fondos en colores terrosos y grises. 

    “Cara arrugada. Salía todas las noches. Parecía sólido como una roca. Era más libre que un elfo”. Así definía Simone de Beauvoir, intelectual feminista, a su amigo Alberto. Sartre, que le ayudó a financiar varias exposiciones, lo catalogaba como  “el artista existencialista perfecto, a medio camino entre el ser y la nada”.

    Sigue indagando sobre el caminar en La pierna (1958), una monumental pieza encaramada a un pedestal sumamente alto. Su tamaño y su estado fragmentado nos recuerdan a la escultura antigua. Usa la metonimia para representar a todo un individuo. La fragmentación del cuerpo se corresponde con el empequeñecimiento de su última etapa.

   Hombre que camina (1960) es la obra más conocida de Giacometti y una de las esculturas más célebres del siglo XX.  A lo largo de los años trabajó obsesivamente en ese gesto, inspirándose en la tradición de las estatuas egipcias. El movimiento es ágil y el paso firme.


   En 1958 recibió un encargo para la Chase Manhattan Bank, en Nueva York. Aunque finalmente el proyecto no llegó a culminarse, permitió que creara las obras más monumentales e inauditas de toda su carrera.  Las tenía que sacar del taller para observar mejor su escala. Llegó a visitar el lugar donde se iba a colocar su obra. Volvió tan agotado que poco después murió. Hombre que camina formaba un todo con una Gran cabeza y Mujer alta I que medía más de 2,50 m de alto y se apoyaba sobre una base gruesa. Los árboles serían mujeres y las piedras cabezas. Al final pudo exponer las tres esculturas en bronce en otras ciudades. 
   No buscaba el dinero, la gloria, la adulación o el confort. Su exigencia y frustración hace que Giacometti llegue a destruir algunas de sus obras.  Pero no era un paso atrás. «Cuanto más se fracasa más se triunfa. La única oportunidad que tenemos de seguir avanzando surge si en lugar de rendirnos persistimos».  Por su naturaleza obsesiva, podía trabajar 10 años en una sola pieza, caso de Woman Leoni (47-58), figura que parece compuesta en un solo trazo.

   El suizo creía que escribía y pintaba mejor que esculpía.Sus tallas recuerdan a las letras de Baudelaire. El hombre que consumía tres paquetes de cigarrillos al día y sentía la muerte como algo morboso se marchó en enero de 1966. Dejó las puertas abiertas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario