domingo, 25 de diciembre de 2016

El cénit siciliano


*Vacaciones en Sicilia


   Un balón pinchado pateado por la península. Una bandera que ondea a la par de la de Isla de Mar. La trinacria representa la cabeza alada de Gorgone con serpientes y espigas de trigo por capilares. De ahí irradian tres extremidades inferiores que simbolizan tres promontorios de los vértices. Un triángulo más extenso de lo que parece.  25000 kilómetros cuadrados. Un poquito más grande que Cerdeña para que se hagan una idea. Más de 1000 km de litoral.Calas mojadas al norte por el Tirreno, al sur por nuestro mar y el Jónico por oriente. Donde quiera que sea te puedes zambullir sin probar la temperatura. Sin cortes de digestión. Es poco funcional que en esta isla turística en agosto sea noche cerrada a las ocho. ¡Negociaciones con Greenwich ya!

   A falta de precipitaciones sufre goteos sureños indómitos. Como respirar aire napolitano. Con su Vesubio particular y la Villa del Casale haciendo de Pompeya bajo el lodo.

   Un horizonte majestuoso.  Con pasado pétreo para ser primera potencia mundial en memoria.  Me confiesan que Grecia está más expoliada. Con poblaciones elegantes donde disfrutar del paseo, el sol y la gastronomía. También suciedad. La nada.  Las sinuosas carreteras abusan de límites de 50. Incluso  algún 30 o 20 incomprensibles y arrítmicos.La señalización sobre pueblos venideros siempre llega tarde. Amontonan cadáveres de basura en las cunetas. Sin espacio para peatones.Y chumberas, denominadas aquí  higos de la india.





   Salve! Aterricé en Trapani, pueblo de salinas y gasolineras. Más cerca de Túnez que de la Italia continental . Muy cerca de donde Garibaldi desembarcó en 1860 para iniciar el proceso unificador del país desde el Sur.


   Selinunte goza de un asentamiento griego del VII a. de Cristo.Los que no quieren sudar la frente y gastar suela por los senderos de arena suben al carrito de golf.  Las lagartijas campan a sus anchas. Los templos son denominados por letras, la mayoría son ruinas indescifrables . El mejor conservado es el E, quizá dedicado a Hera, bien es cierto que fue reconstruido en los años sesenta. En su día gozó de policromía.
   En Sciacca comí la mejor vianda de la isla. Los entrantes caían como bombas. Boquerones, albóndigas, bacalao con pimientos, croquetas… Y dos platos fuertes de pasta, uno con sardinas y otro con almejas. No hubo sorpresas desagradables a  la hora de la cuenta.

   Algún inconsciente salta al vacío a más de diez metros en Scala dei Turchi. Niños lideran talleres de fabricación de arcilla gris. Los bañadores de los italianos escasean de tela. Tormenta de verano y en barro nos transformamos.

   La cuna del Nobel Luigi Pirandello está en Agrigento. En Seis personajes en busca de autor reflexiona sobre el aislamiento. El Ayuntamiento está adosado a la Iglesia de Santo Doménico. A menos altura que la urbe luce El Valle de los Templos. Según Píndaro “construían para la eternidad pero vivían como si no hubiese un mañana”. Quedan ocho columnas enfiladas en planta rectangular alargada de lo que fue el Templo de Hércules.  A su vera se conservan unas catacumbas paleocristianas donde los nichos se cerraban con losas de piedra.  Las 34 columnas del Templo de la Concordia lo coronan como uno de los mejor conservados de la orbe. Fue así porque se destinó muchos siglos a iglesia cristina. Continuando la ascensión finaliza la visita en el Templo de Hera, que ya fue restaurado en tiempos romanos. Si te satura tanta belleza adopta una cabra girgentana. Tienen los cuernos torcidos y se rascan contra la valla.

   Ragusa es más bella a vista de pájaro. En su zona alta hay una iglesia del Ecce Homo. No se confundan. Con sus casas colgadas color tierra. De las fuentes no mana agua y las tiendas son escasas. Su cúpula trasera huele a Capitolio o a San Pedro del Vaticano.



   Llegamos a Noto en la víspera de la Fiesta de San Conrado.Ya es bonita de por sí pero más con sus calles engalanadas. Se ha puesto de moda un juguete que consiste en una pelota amarrada a un cordel.Tecnología punta.La ciudad resurgió en Barroco, aunque a doce kilómetros del emplazamiento original,  tras el cruel terremoto de 1639 que asoló el este de Sicilia. Construcciones en toba de los montes Iblei. Un color uniforme, como los niños de cole privado. La cúpula  de La catedral,que está consagrada a San Nicolás,se vino abajo en el 96 y fue reparada después de un arduo trabajo. El Duomo  coquetea con el Ayuntamiento, que está en el Palazzo Ducezio.




   Los apóstoles de la escalinata dan la bienvenida en Catedral de San Pietro de Módica. Un aborigen muy divulgador nos alabó las virtudes del templo. El techo de lapislázuli, la tonelada y media de oro y el mármol de Carrara colocado por Miguel Ángel.  
   La supremacía de Siracusa se extiende desde sus victorias ante los cartagineses y atenienses en el V a. C. hasta su derrota ante los romanos en el 212 a.C.  Platón enseñó aquí filosofía.

   La isla Ortigia, defendida en su extremo por el Castillo Maniace, está plenamente integrada por dos puentes.Allí descubrí el canoe polo. Los porteros emplean el remo para repeler los disparos a una portería que levita a la altura de una canasta. Cuenta con un barrio judío,Giudecca, de laberínticas callejuelas.  En el mercado ofertan una ostra y un vaso de vino por dos euros y medio. La cabeza de pez espada sonríe. El templo de Apolo es el más antiguo de toda Sicilia pero hoy son unas ruinas en medio del meollo urbano.  En la fuente de Aretusa bebió el Almirante Nelson antes de vencer en la batalla del Nilo.
   En la basílica de Santa María del Sepulcro no cobran entrada. Todos acudimos en masa para ver in situ un Caravaggio. No se respira religiosidad. Los trabajadores son detectives. Que nadie fotografíe el tesoro. Prohibido prohibir. Si quieres recordar El sepelio pincha en google.

   El otro polo turístico es el Parque Arqueológico. El teatro griego llegó a acomodar a 15000 personas. Carlos V lo “saqueó” en el XVI para construir una muralla que protegiera Ortigia.  En la orquestra, donde Esquilo estrenó algunas de sus tragedias, hubo en su día un monumento a Dioniso.  Le da personalidad una torre de vigilancia, una casita sin más.
 Las latomias son las canteras donde extraían las piedras.  La Oreja de Dionisio fue destinada a prisión por ese tirano pues su divina acústica permitía oír los murmullos de los presos.Los guías turísticos reconocen abiertamente que la tumba de Arquímedes es solo hipotética. Nacen malas hierbas en la arena del anfiteatro romano. Tan antiestético como la pelusilla de un calvo.
   Me rindo ante la hospitalidad y cercanía de la gente de Catania. No es la fruta podrida de la isla.Así me la pintaron. El terremoto que la zarandeó fue el de 1693. “La montañas bailaron como si estuvieran ebrias”. En el XVII resucitó con rectas avenidas, casos paradigmáticos son las perpendiculares Via Etnea y Vittorio Emanuele II. Junto al Duomo de Santa Ágata el elefante carga un obelisco en su lomo. El Castillo Ursino,cuadrado con torres cúbicas,se remonta al  XIII. En la Villa Bellini, además de plantas subtropicales,  la policía montada deja que los niños acaricien sus caballos.
























   Nos ponemos guapos.Cogemos el auto.Aboné 1 euro al gorrilla. Le pareció insuficiente.Como llevaba muleta añadí otros cincuenta céntimos. Caminamos a la vera de una peligrosa carretera. Luego otra en dirección a la playa. Las colas de medianoche meten miedo. Un chico se acerca a darnos la contraseña de la disco Le Campannine.Más cordones de seguridad.Diez euros sin consumición, podía ser peor. Ambiente ibicenco. Tres salas de baile bien delimitadas. Primero salsa,luego rap y oro de ostentación y al fondo, a cielo abierto, de música disco. Por la pantalla pasaron un recuerdo a las familias de los fallecidos en el terremoto acaecido en Amatrice.

   El Etna, conocido también como Cono Mogibello,es el volcán activo más grande del viejo continente. Las erupciones más recientes tuvieron lugar en las chimeneas laterales. En las de 2001 y 2002 la lava se deslizó y destrozó las instalaciones de esquí y el teleférico. 
Percibo que al llegar al Refugio Sapienza, a 1800 metros, los grados han caído diez puntos.En cotas inferiores a mil metros hay una sorprendente campiña de tierras fértiles surgidas por la descomposición del material volcánico. Es divertido, casi infantil, bajar por la ladera creando humo con los derrapes de los pies. Si vas con tiempo para la reflexión la ruta ferroviaria circumetnea rodea la mole con parsimonia.
   Taormina es pija. Mucho. Allí arribaron visitantes ilustres como Goethe, Tennesse Willisms, Roald Dahl, Orson Welles,John Steinbeck, Salvador Dalí o Elizabeth Taylor y Richard Burton. Vaya firmamento! Muchos de ellos atraídos por un festival de cine. La clase obrera tiene difícil escaparse de sacar la billetera para pagar el parking. Otra opción, estacionar en la costa y tomar el teleférico.

   La passegiata  por el Corso Umberto I entre Porta Catania,al sur, y Porta Catania, área septentrional, es una obligación.  Ellos de camisa. Ellas de vestido fino. Mirar, presumir y ligar. Los comercios no echan las rejas hasta la hora del aquelarre.

   Me hacen un bordado con mi nombre con una máquina de coser. Venden nuez americana, la que es de forma alargada. Me sedujo más la Fuente con Centauros, con el agua más fresca de la isla, que la austera catedral de San Nicolás de Bari rematada en almenas.  Los jardines públicos de Parco Duca di Cesaró los fundó en 1899 una escocesa que tuvo un idilio con el futuro Eduardo VII.

   La gran atracción arqueológica es el Teatro griego. Se construyó en época helenística, III a. C., y los romanos le lavaron el cara. Se ve al Etna fumando sosegado.
   Tras un chapuzón en Sant Alessio Siculo, gravilla y buenas olas, toca un alto en el camino en Savoca; fue set de rodaje de Francis Ford Coppola. Todavía cuelga el cartel publicitario de cerveza junto a la puerta del Bar Vitelli. Atienden las dos Marías. Unas madrinas de excepción que nos invitan a ver la bodega.  Picoteo y leche de almendra, que me apetece más que crodino.
   En Messina ideó Shakespeare  Mucho ruido y pocas nueces. Ubicada en el ecuador de los antiguos virreinatos de Nápoles y Sicilia. El puente sigue sin unir las dos orillas. Para conservar el aroma local e insular. Si bien un transbordador conecta con Calabria cada rato.  En las inmediaciones impactan las favelas y fitipaldis.

   El terremoto que azotó esta esquina fue el de 1908, con un maremoto de postre.En su ruleta rusa particular tiene el honor de ser la ciudad italiana más bombardeada en la II Guerra.

   La Iglesia de la Santissima Annunziata de los Catalanes nació en tiempos normandos aunque sufrió modificaciones árabes y bizantinas.  Resistió el seísmo como demuestra su planta, que es más baja que la ciudad que renació sobre sus escombros. Flanqueada por palmeras me seduce más incluso que el Duomo que cuenta con un Campanile por lanza. La Fuente de Orión tiene cuatro estatuas que aluden al Nilo,Tíber, nuestro Ebro y al local Camaro.
   Las estatuas de gigantes que defienden el Ayuntamiento son Mata y Grifone. La leyenda reza que el conquistador árabe quería seducir a  la muchacha siciliana que sólo accedió cuando él renunció a su ferocidad.  Hoy se besan los enamorados en los bancos del parque.

   El monumento a Juan de Austria honra al general español que venció en la batalla de Lepanto. Aparece con el pie sobre la cabeza del marino otomano Alí Pasha. Tras esta contienda, acaecida en el Golfo de Corinto, Cervantes se recuperó en un hospital de Mesina.
   La virgen que se divisa al otro lado del puerto sobre el fuerte de San Salvatores es la Madonna della Lettera. Es de bronce dorado,mide 7 metros más los 35 de la columna de cemento.

   Compro en un puesto aún vivo a media noche una pulsera de cuero.¡Con ésta no me baño!Se oyen fuegos de artificio. Cuentan que un desequilibrado los lanza con asiduidad por las noches.

   En la playa de Marinello un vendedor ambulante intenta deshacerse de peines y limas para callos. Los botes reposan en la orilla. Brilla en el horizonte el Santuario de la Virgen Negra de Tíndaris.  No muy lejos de allí flotan las Islas Eolias.
   Cefalú fue ciudadela árabe,en el siglo IX, y creció con el normando Roger II en el XII. Dicen que el rey sobrevivió en esta costa a un naufragio. Hoy un joven posó para una foto imitando los ademanes del Pantócrator. “Eso si que no!” se abalanzó uno de los fieles ante tal desacato. No expulsó del templo al turista porque aceptó eliminar ese recuerdo. “Aquel que me siga no caminará en la oscuridad”. Las persianas asoman por fuera de los balcones. El pez espada y la pasta a la sarda están exquisitos pero la zona azul del coche no me permite parsimonia alguna.
   Palermo es, por delante de Florencia,la quinta urbe del país.Con su pincelada decadente.Este Palermo no es Hollywood.Gafittis animan fachadas desconchadas.Instalaciones eléctricas sin camuflar. Animados carretos, no muy diferentes del chimpín gallego, aprovisionan el mercado.  El animado Karaoke callejero de Ballaró atrona pasada la media noche en día laborable.
   La Porta Nuova es un apéndice del Palacio Normando. Conmemora la victoria del emperador Carlos V sobre los tunecinos. La Catedral tiene planta de cruz latina.Su acceso es por el vientre. Agradezcamos antes a Santa Rosalía que liberara a la capital de la peste de 1624.

   Me cuesta diferenciar en mis recuerdos la Iglesia de San Giovanni degli Eremiti y la capitular San Cataldo. Ambas tienen guindas rojas por cúpulas. Con miedo a equivocarme, creo entender que la primera las esparció a diferentes alturas.

   La Fuente Pretoria obligo a rebautizar este espacio como Piazza della Vergogna por la desnudez de sus figuras. La encargó el virrey español Pedro de Toledo en el XVI para su villa toscana aunque su hijo la vendería luego a Palermo. Están representados los cuatro ríos de la ciudad.

   En Quattro Canti o Plaza Vigliena las fachadas cóncavas están decoradas con estatuas de las estaciones y de los reyes españoles.Para pasear son ideales las Vías Roma y Maqueda. El  Teatro Massimo, dedicado al rey Víctor Manuel II, es la tercera opera más grande de Europa.Es una buena opción de cena sentarse en un buffet libre de pastas y ensaladas. Pagas unos 6€ por el cóctel y comes todo lo que puedas. Se me esfuma el tiempo si quiero hacerme con unos pupi, títeres empleados en los teatrillos. ¡Me pido el de Carlomagno!

   Las Catacumbas de los Capuchinos almacenan 8000 cadáveres. El olfato, mi sentido más débil, no me permite oler la humedad ni la muerte. Hay cuerpos de gentes que podían permitírselo  desde 1599 hasta 1881, fecha en que se ilegalizó. Lo común era la desecación durante ocho meses y luego untarlos en vinagre pero también se recurrió a baños de arsénico. Las tropas estadounidenses confiscaron los ojos de vidrio como amuleto en 1944.

  La catedral de Monreale es impresionante. Construida gracias al deseo del rey normando Guillermo II. El interior en pan de oro.Los mosaicos, que relatan episodios del Antiguo y Nuevo Testamento, son tan sublimes que superan a la basílica de San Marcos de Venecia.  También hay teselas sublimes en las columnas del claustro. Un operario barre bajo las sillas de tasca. 
   Segesta emerge en medio de la nada. No es un templo griego sino de los élimos.  En el aparcamiento gratuito los comerciales de restauración malmeten de la competencia. Casi con los codos. Es un templo dórico inconcluso. Pero sale en los libros de filosofía. Se construyó en el Monte Barbaro hacia el 420 a. C. con diligencia y bajo coste sólo para conseguir una alianza con Atenas. El teatro, menos espectacular que otros, destaca por su panorámica hacia el norte. Es de mediados del III y su aforo supera los 3000 espectadores.
  La carretera a San Vito Lo Capo bordea la reserva natural de Lo Zingaro.  Su fama paradisíaca le hace ser enclave capitalista.   Ofrecen masajes asiáticos, alquilan pedaletas y venden cocos. Si te duchas para quitar el salitre pagas. Paro en un restaurante donde hay  casi más camareros que clientes. Escojo un menú anticrisis y me timan como a un guiri con chanclas y calcetines.

   Rasgué mis vestiduras por no subir a Erice,la Asís del Sur ,a más de 700 metros sobre el mar. Las angostas callejuelas en el Monte San Giuliano y diez iglesias siguen esperando por mí.

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