viernes, 9 de diciembre de 2016

Asesinemos a la cámara de 35

Albert Serra habla de cine contemporáneo en la Sala Numax(3-12-2016)

  Fama de sobrado. Acento catalán.Tres anillos poco discretos en su mano derecha.Del corazón al índice. Un monarca absoluto.Bebe sin mesura.Lanza titulares y acusaciones con magnificencia. Le gusta escupir lava y ver la reacción de quien escucha. A decapitar títeres con glamour.
   La novedad más importante del cine contemporáneo es la aparición del digital. Era el sueño de cine libre que tenían en los años sesenta. “Las cámaras de 35 milímetros hacían que incluso el sonido directo tuviera poco sentido. Nunca haré una peli en 35, es la cosa más aburrida del mundo. Se perdía mucho tiempo. Dependías de la profesionalidad de los profesionales”. 

   Ahora con una pequeña cámara doméstica puedes hacer cualquier tipo de película. Incluso con un aliento épico. Una persona “semisola” podría hacer todo esto sólo armado con su imaginario. Pone por ejemplo a Pedro Costa.   “Es un explotador estético de personas. Los negros son mucho más fotogénicos. No tiene ninguna consideración ética”.
   Los del videoarte no querían hacer cine. Era otra cosa. “Se niegan a utilizar actores. Les daba urticaria.  Eso sería pequeño burgués”. Adoptaban un punto de vista cínico, de ironía.

   Con la llegada del digital muchos directores incorporaron elementos del videoarte pero con la participación de actores.  Buscan un interés poético. “El sonido puede ir aparte de la imagen en algún momento de la película, como hice en La muerte de Luis XIV”.
   Nadie se acuerda de los cineastas europeos de los 80. Sólo los de algún “país extraño”. Los pocos que han quedado han evolucionado hacia el digital. “Antes, la obra de Kiarostami era ñoña y tonta”.
   Antaño a la gente no se le ocurría hacer a la vez un documental y una ficción.“Los documentales de aquí son para llorar por compasión. Deberían dejar de trabajar en eso. Son gente inútil. Aunque hay cosas peores como el fútbol”.Nada que ver con los chinos o rusos. Estos nunca agotan su material.  “Los que tienen componentes líricos son los menos interesantes; son sucedáneos que no tienen que ver con la realidad”. Se refiere al británico Terence Davies.
   Cree que el documental tiene dos claves. La primera es ¿Cómo lo han hecho? ¿Cómo ejecutan esa incisión moral en la realidad? Has de quedar fascinado ante algo delirante. Y en cuanto a metodología es interesante buscar lo bueno de los malos y viceversa. En los documentales tiene que haber una grandeza visual. “Si no es así escribe un libro. Si alguien coge una cámara sin haber hilado nunca antes tres frases interesantes mostrará su propia nulidad”.

   “Godard al principio tenía películas interesantes. Luego inicia una cuesta abajo inapelable. Prisionero de sus propios prejuicios”. Michael Cimino, por su parte, tenía cinco cámaras pero no tenía ordenadores para editar su material. Serra hace un veto.“Decidí no ir nunca  a ver una peli de Hollywood y mucho menos sus copias o excrementos. No tienen ninguna curiosidad”. 

   Cuentan que Albert Serra trabaja con actores no profesionales. Los de Buñuel eran nefastos, grotescos e inadecuados. Sobre todo en las pelis mexicanas. Pero es un director interesante y con carácter visionario. En cambio los de Ken Loach son buenos pero su ficción es aburrida y convencional. “Es muy primario” Lo sabemos todo: quienes son los buenos, como acabará el filme…   “¡Es la hostia! Un millonario que una vez dijo que lo que más se arrepiente en la vida es hacer una publicidad de McDonalds pero debía alimentar a su familia.  Va dando lecciones. La realidad en los últimos tres años le ha pasado por encima: El Brexit, Trump…   Y no todos los que votan eso son unos psicópatas. Cree que lo que funciona en la vida tiene que funcionar en el cine.  Es un tipo de extrema derecha que utiliza un contenido político de izquierdas desde una forma académica. ¿Dónde está el aspecto subversivo?”

   Fassbinder fue igualmente odiado por gente de izquierdas y de derechas. Construye películas muy académicas pero su gracia es que se centra en lo íntimo. “Los obreros también pueden ser unos capullos. Las personas siempre están al límite de la fricción e inestabilidad”.
   Una vez estuvo en una fiesta con unos amigos. Se creó un ambiente mágico. Esos que llegan cuando menos los preparas.Otras veces hubiera un contexto parecido y no ocurriera lo mismo.  La gente estaba inspirada.Un amor colectivo. Como el concierto estelar de un músico. “¿Podría la cámara captar estos instantes? Ella es más sensible que el actor o las ideas de un director”.

   “La gente se vuelve acomodaticia. Salvo Dalí que se llamaba a sí mismo Divino”.Se exigía presión a cada segundo para crear algo distinto,original e imprevisible. Siente veneración por el bigotudo de Figueres.Como por Stendhal,Proust o Warhol.“El arte nació para mejorar la historia”.
   “Desprecio profundamente la gente que prepara planos. Ese es el cine académico antiguo. El mundo ya no está en dos dimensiones. Una de mis obsesiones es que las escenas sean imprevisibles, que no sepa lo que van a durar los planos. Esto en 35 no se podía conseguir. Antes sólo se masturbaba el director de fotografía. Los demás eran sus víctimas colaterales”.

   En su particular modus operandi  los trabajadores tienen autonomía. No tienen superiores. Hay un plan de trabajo pero cada proceso puede ir en contra de lo anterior.  “Me gusta escribir un guión contra la primera idea buena. Para encontrar algo imprevisible y azaroso”. La tenía en 4:3 y la pasó a 2.35:1 y así perdía casi el 40% de la pantalla.  “Con la incomunicación el riesgo de que todos vayan a una va desapareciendo” . Sí, lo dice como una virtud.   “En las escenas que grabo desde lejos prefiero no escuchar;  si estoy cerca y oigo me pongo de espaldas“.  Se siente muy identificado con la actitud de Nicolas Winding Refn. Pues declaró Ryan Gosling en una entrevista que en un rodaje el director danés filmó mientras escuchaba con cascos su propia música.
  “Me divierte ir torturando un poco a la gente. Con unos lujos que en la vida real no te puedes permitir. La moral es diferente. Sería como la pulsión que tienen los músicos que sólo quieren hacer directos y no grabar un disco”.


   Y se permite una anécdota. Rodaban en un castillo francés y debían finalizar el trabajo antes de las siete de la tarde. Pero siempre se retrasaban. El productor recibía presiones por ello. Pero Serra reconoce que quiere empezar a las once y no madrugar a las siete. “La hora de empezar es una convención pero la hora de conclusión depende a la lógica del día: la inspiración de los actores, la luz solar… Esperamos la magia. Por eso la hora de cierre ha de ser elástica”.  

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